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Miércoles, 14 Diciembre 2022 08:34

Albert Camus: "REGLAS PARA LA LIBERTAD DE PRENSA”

Escrito por  Publicado en Las sugerencias de JJG

 

Un fragmento del artículo que Albert Camus quiso publicar en 1939 en el periódico argelino Le Soir Républican, sobre la necesidad de la libertad de prensa en la sociedad, siendo finalmente censurado. Fue recuperado y publicado, en la anterior década, por el periódico francés Le Monde. 

Y hoy en día tiene más sentido que nunca.

Albert Camus: "REGLAS PARA LA LIBERTAD DE PRENSA”

“Frente a la marea creciente de la tontería, igualmente es necesario oponer cierta resistencia. Todas las coacciones del mundo no harán que una mente limpia acepte ser deshonesta. Ahora bien, para aquellos que conocen el mecanismo de la información, es fácil corroborar la veracidad de una noticia. Es a eso a lo que un periodista libre debe dedicar toda su atención. Si no puede decir todo lo que piensa, siempre es posible no decir lo que no piensa o lo que considera falso.

De tal manera que un periódico libre se reconoce tanto por lo que dice como por lo que no dice. Si uno sabe mantenerla, esta libertad negativa es de lejos la más importante de todas, ya que prepara el acceso a la libertad verdadera. Por consiguiente, un diario independiente menciona el origen de sus informaciones, ayuda al público a evaluarlas, repudia el lavado de cerebro, suprime las inventivas, mitiga la uniformización de las informaciones con comentarios; en fin, sirve a la verdad de acuerdo con la medida humana de sus fuerzas. Dicha medida, por relativa que sea, al menos le permite rechazar lo que ninguna fuerza en el mundo podría hacerle aceptar: servir a la mentira.

Así llegamos a la ironía. Podemos empezar diciendo que una mente con el gusto y los recursos para imponer la coerción es impermeable a la ironía. Por ejemplo, uno no se imagina a Hitler utilizando la ironía socrática. La ironía es un arma incomparable contra aquellos que tienen un poder excesivo. La ironía completa el rechazo en el sentido de que, más allá de rehusar lo falso, permite a menudo decir la verdad. Un periodista libre, en 1939, se hace pocas ilusiones en cuanto a la inteligencia de aquellos que lo oprimen. Es pesimista respecto al hombre. Una verdad enunciada con tono dogmático es censurada nueve de cada diez veces, mientras que la misma verdad dicha agradablemente será censurada por mucho cinco de cada diez. Esta disposición configura de manera bastante exacta las posibilidades de la inteligencia humana. También explica el que periódicos como Le Merle o Le Canard Enchaîné puedan con cierta frecuencia publicar los artículos audaces que conocemos. Pues en 1939 un periodista libre es necesariamente irónico, aunque muchas veces lo sea a pesar de sí mismo. Pero la verdad y la libertad son amantes exigentes, ya que tienen pocos pretendientes.

Esta disposición del espíritu se define brevemente, pero es evidente que no se puede sostener con eficacia sin un mínimo de obstinación. Son muchos los obstáculos que se imponen a la libertad de expresión. Estos no son lo más severo que puede descorazonar a un espíritu. Ya que las amenazas, las suspensiones, las persecuciones acometidas generalmente en Francia, consiguen el efecto contrario al pretendido. Pero debemos admitir que se trata de obstáculos de enormes proporciones: la constancia en la estupidez, la cobardía organizada, la estupidez agresiva, y nosotros arreglándonoslas. Aquí está el gran obstáculo que debe superarse. La obstinación es una virtud cardinal aquí. Por una curiosa, pero obvia, paradoja a continuación se inicia en el servicio de la objetividad y de la tolerancia”.

Aquí hay un conjunto de reglas para preservar la libertad incluso dentro de la servidumbre. ¿Y después?, dirán. ¿A continuación? Que no se precipiten. Si tan sólo todos los franceses tienen a bien mantener dentro de su ámbito todo lo que creen que es verdadero y correcto, si quisieran ayudar con su pequeña contribución al mantenimiento de la libertad, resistir el abandono y dar a conocer su voluntad, entonces y sólo entonces esta guerra se ganaría, en el sentido más profundo de la palabra.

Sí, a menudo de mala gana un espíritu libre de este siglo ha hecho sentir su ironía. ¿Qué placer se puede encontrar en este mundo en llamas?

Pero la virtud del hombre es la de permanecer al frente de todo lo que lo niega. Nadie quiere volver a repetir los veinticinco años de la doble experiencia de 1914 y de 1939. Por lo tanto, debemos probar un método que todavía es bastante nuevo, que sería la justicia y la generosidad. Pero éstas sólo se expresan en los corazones de los que ya están libres y sus espíritus todavía son clarividentes. Formar estos corazones y espíritus, despertar más bien, a la fe modesta y ambiciosa que revierte al hombre en emancipado. Hay que atenerse a ello, sin ver más allá. La historia será o no tener en cuenta estos esfuerzos, pero que se produjeron.”

El periodismo libre, en un texto inédito de Albert Camus - elpais.com