Diez largas semanas he dejado que el Señor Murphy me convenciera haciéndome partícipe del despropósito que poco a poco iba presentándonos, pero lo cierto es que, incluso a partir del episodio 6 y su "ansiado" y promocionado giro de guión, la serie no engancha en ningún momento.
Es más, aburre. Y ese giro "inesperado", acentúa mucho más el punto sin rumbo al que se dirige esta My Roanoke Nightmare.
Cierto es que en las cinco anteriores temporadas hay subidas y bajadas, cosas más acertadas que otras. La tercera temporada, Coven, había sido hasta la fecha, una de las más flojas hasta que llegó Roanoke.
Es difícil llegar a hacer algo tan sumamente redondo como Asylum, pero también es muy difícil cagarla tanto como en esta sexta, por mucho que se rescaten personajes como el de Lana Winters que no hace más que ensuciar el buen hacer de otras temporadas.
Sea como fuere, Murphy decide cargarse a golpe de plumazo todos aquellos personajes tan aterradores y encantadores que nos ha estado regalando en los últimos seis años. Incluso aunque la salida de Jessica Lange en la quinta temporada doliera muchísimo a los fans, fue increíblemente bien suplida por Lady Gaga, aquí metida con calzador y en un personaje que parece castigarla como una especie de broma pesada.
Por no hablar de la pérdida del factor miedo, ¿En serio era necesario un maldito Reality Show? Si querías tirar por ahí, tenías bueno ejemplos como Dead Set para no haber perdido el rumbo, digo yo…
Que sí, que salen un montón de actores a los que echábamos de menos, pero no es más que un gran chiste que se ha montado alrededor de este circo que, personalmente, no sólo me parece la peor de las seis temporadas, sino una de las peores series del año con diferencia.
