Imprimir esta página
Martes, 25 Agosto 2009 12:06

"ANTICRISTO": Los miedos de Lars von Trier, compartidos con el espectador.

Escrito por  Publicado en Películas de autor recomendadas 2019-2020

ANTICRISTO

  No sé por donde empezar, la verdad. Mi admirado Lars ha realizado una película que tiene más de Lynch que de él mismo pero sin ser Lynch aunque también es él mismo. ¡¿Cómo?!

El filme es tan críptico que sólo se puede entender a medias. Está más que claro que el director lo realizó para él mismo, cosa que quedó patente en las entrevistas y ruedas de prensa que se le hicieron.

No esperéis asistir a nada que tenga que ver con sucesos paranormales, ni espíritus, ni metafísicas varias. No esperéis entender la vida y la muerte. No esperéis absolutamente nada porque si vais al cine con expectativas seguro que os decepciona. Tampoco pueden verla según qué personas. Nadie que conozca la naturaleza (tema recurrente en la película) de Von Trier se aventurará en la sala sin saber más del director, del momento vital que estaba pasando cuando se le ocurrió hacer semejante película. Ni tampoco esperéis un masaje o un entretenimiento, no lo es. Es una tortura total.

Y os digo que a mí me ha gustado, me ha encantado. Todo lo que haga Von Trier será digno de ver pues para mí es de lo más inteligente sobre la faz de la tierra, por tanto, en calidad de admiración absoluta, todas sus obras serán de visionado obligatorio y esperado. Esta no podía ser menos. Violenta y sucia hasta la saciedad. Ni Tarantinos ni ostias en vinagre... Von Trier ha hecho lo más cerdo que he visto hasta la fecha. Y no porque haya escenas de sexo explícito, eso no impacta, hay mucho más. Mucho más...

El director abre y comparte su propio mundo, sus angustias, sus preocupaciones, sus desesperaciones... Habla claramente de lo racional y de lo irracional, de la naturaleza humana y, sobretodo, de la naturaleza de la mujer.

Es una película extraña en la que recibe palos hasta el apuntador. No se priva y empieza a repartir leña a todos pero sobretodo, por encima de cualquiera, el que más recibe es el sexo femenino... JA JA JA. Y es que ya conocemos la opinión que le merecemos las mujeres a Lars... por eso me gusta tanto.

Habla de la naturaleza de las hembras que responde más a impulsos naturales, el caos reina porque no somos seres racionales. Somos malas porque la naturaleza nos estimula para serlo. Como mayor representación de esta maldad pone al clítoris por delante. El clítoris es el que nos da la fuerza necesaria para cometer nuestras peores fechorías. Y todo se traduce en sexo. Las mujeres, según Trier, utilizamos el sexo para todo porque es nuestra arma más letal y la que sabemos que funciona para/con los hombres. El sexo es lo que nos ha dado el poder a lo largo de los siglos y nuestro sexo el que nos ha condenado a lo largo de la historia. Somos malas porque detrás de una mujer que llora siempre hay una mujer que tiene un plan (y empezad a temblar). La ablación del clitoris representa para Lars la liberación de todas las que sufrieron injustamente en el pasado y el protagonista masculino, Defoe, es el liberador, el salvador... BUF!

Hay una divergencia entre el sexo femenino y el masculino. Si el primero representa todos los impulsos naturales y por lo tanto la parte irracional de la naturaleza, el segundo es todo lo contrario, la parte cerebral y reflexiva que pone orden al caos imperante. No obstante, el hombre también es creación del mundo y pertenece a este medio natural, por lo tanto aunque en él prevalezca la reflexión y la calma, la naturaleza le tira hacia el abismo del caos; pero esa naturaleza no haría aparición si no fuera por las mujeres. El hombre es presa y víctima, en consecuencia, de la mujer.

Después de este discurso misógino por el que nos hace pasar Von Trier, creo que el mensaje puede llegar a ser un tanto más profundo y es que la muerte del niño que se nos anuncia desde los compases inciales del filme (con lo que nada he desvelado), se asocia al sexo pero, en realidad, todo cuanto nos pasa en la vida se rige por asociaciones conceptuales que debemos tener en cuenta cuando sintamos aversión o frenetismo por algo. Para saber por qué, hay que ir a buscar en lo más profundo e inicial de nuestro ser o de nuestro recorrido vital, y eso es precisamente lo que se hace en las terapias de calidad (véase "In Treatment"). Hay que hurgar dentro de uno mismo para hallar las razones que nos hacen ser quienes somos o actuar como lo hacemos, aún siendo de otra manera.

Por otra parte, y ya hablando de la calidad de la película, no es lo mejor que he visto de Lars, pero no me importa. Como he dicho al principio, todo cuanto salga de esa cabeza merece ser visto aunque no sea de una calidad extrema. Me lo he tomado como asistir a un momento de su vida, como si quisiera compartir un momento de su vida. Me lo he imaginado creando la película, esribiendo y grabando y me he desternillado porque conozco, o creo conocer, esa manera de hacer y de pensar, ese mundo suyo tan particular, esas pajas mentales con sangre, o ese lastre vital doloroso que lleva clavado en la pierna. Me lo he figurado entablando una conversación con su pene sobre los tres mendigos de los que habla el filme, y la película deja de ser película para pasar a formar parte de su vida y de la mía y ahí, en la pantalla, estaba Von Trier discurriendo sobre el sexo de los ángeles, intentando salir del pozo de la desesperación, huyendo del tedio vital por medio del arte. Ahí estaba el discurso final de cada episodio de la serie "El Reino" hecho película... ahí estaba, en definitiva, Von Trier en su más pura esencia pidiendo ayuda y dándonos la mano para que le ayudáramos a salir de la mierda. Ahí estábamos nosotros tendiéndole una mano y aceptándole tal cual es, sin esperar nada, sin comprender, sólo estando.