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Viernes, 09 Noviembre 2012 08:50

Lirios rotos - D.W. Griffith. 1919

Escrito por  Publicado en LA FILMOTECA de The Macuto Collective

liriosrotos

"Es una historia de campanadas sonando en el crepúsculo ante la imágen de Buda; es una historia de amor y de amantes; es una historia de lágrimas".

Con esta frase comienza Lirios rotos, un largometraje ciertamente atípico de D.W. Griffith por su tono íntimo y mundano. A diferencia de El nacimiento de una nación (1915) e Intolerancia (1916), largometrajes que muchos consideran como el inicio del cine moderno, Lirios rotos no es una épica historica que ensalza rectos valores heróicos y patrioteros, si no que más bien retrata la sordidez de la vida y la miseria, y que toca temas impensables para la época como el maltrato de menores, el alcoholismo o la drogadicción.

La película cuenta la desafortunada historia de Lucy Burrows (magistralmente interpretada por Lillian Gish), la hija no deseada del infame Battling Burrows, un enorme y bruto boxeador que vive para beber, pelear, y martirizar a su frágil hija. Habitan el miserable barrio londinense de Limehouse, rodeados de borrachos y putas, donde también vive el otro protagonista de la historia, el chino Cheng Huan. Él había llegado a Londres hacía unos años con la intención de difundir los valores pacíficos del budismo que tanto necesitaba occidente, pero pronto se dio cuenta que era imposible, y, desilucionado, se entregó al opio. Cheng se enamora de Lucy, y gracias a ella logra recuperar cierta alegría en su vida, pero ese era un amor imposible, ya que al energúmeno de Battling no le hacían nada de gracia los chinos ni nadie que no hubiera nacido en su país. De más está decir que la historia termina fatal.

Hay unos cuantos elementos formales que hacen que esta película sea especial. A diferencia de las épicas anteriores, Lirios rotos es una producción muchísimo más humilde, filmada casi en su totalidad en interiores, con decorados simples y pocos personajes. También optaron por una fotografía más difusa, más suave, usando con buen criterio los tintes para diferenciar ambientes. El montaje es un poco más hábil, cosa que les permitió usar los primeros planos de una manera mucho más expresiva. Además, la propia naturaleza de esta historia y la magnífica interpretación de Lillian Gish nos permite empatizar con la pobre Lucy como pocas veces se puede en el cine mudo. A pesar de la teatralidad y de lo primitivo del lenguaje, a pesar de la distancia con la que siempre se nos presenta una película muda, aquí su historia conmueve.

Pero también me parece importante destacar el mensaje de la película. Sin duda puede ser un tanto desconcertante para todas aquellas personas que afirman que Griffith era racista. Yo nunca estuve tan claro, y al ver Lirios rotos lo estoy menos, porque lejos de asumir posiciones de desprecio hacia otras razas y nacionalidades, Griffith más bien intenta conciliarlas. El elemento perturbador es precisamente la infinita estupidez e intolerancia de Battling Burrows, un personaje que Griffith nos lo presenta de la siguiente manera:

"Podríamos pensar que no existen los Battling Burrows golpeando con sus látigos a los indefensos, pero, ¿es que acaso nosotros mismos no usamos el látigo del insulto y las malas acciones? Así pues, quizás, Battling representa una advertencia"

Si de algo peca Griffith aquí es de moralista, pero esta puntualización me hace pensar que Griffith era un hombre bastante más sensato de lo que mucha gente piensa. Aquí les dejo con un fragmento. ¡Que la disfruten!