Podríamos decir que es la atracción de cosas buenas y agradables, de situaciones positivas y afortunadas. Cuando alguien se casa o emprende un viaje, le deseamos “Buena Suerte”.
No sólo las personas más supersticiosas son las que intentan no tentar a la fortuna con aquellas cosas que la cultura popular afirma que son de “mal augurio” o “mala suerte”. Todo este imaginario sobre la idea de la suerte ha atraído a todo tipo de manifestaciones artísticas que abordan el tema en a través de las distintas artes.
De canciones a pinturas, pasando por el cine, la suerte es un tema recurrente. Desde las películas que tienen un protagonista que verdaderamente padece de mala suerte -aunque no figure en el título-, hasta aquellas en que el conflicto principal se resuelve casi por arte de magia o por un golpe de suerte extraordinario, la suerte flota en la cinematografía mundial de una forma constante.
Si hablamos de mala suerte, hay muchísimos personajes que encarnan esta idea en películas populares hollywoodienses y tantas otras realizadas por todas las latitudes. De personajes principales a secundarios, siempre hay alguien a quien le pasa de todo....
Pensemos en un “súperhéroe” de carne y hueso, como el personaje de Bruce Willis (John McClane) en la saga “Die Hard”. El hombre siempre está en el lugar equivocado en el momento equivocado. Siempre acaba salvando el día con un milagroso golpe de suerte, pero en principio aparece como una persona con mucho valor y buenas cualidades, aunque sin ningún ápice de buena fortuna.
También hay películas en las que la mala suerte del personaje principal se toma de forma cómica, y lo que hacemos es reírnos de las aventuras desafortunadas de dicho individuo. Películas para reírnos como “Y entonces llegó ella…”, del cómico americano Ben Stiller, en la que vemos al protagonista pasar del engaño de su prometida a caer enfermo del estómago en una nueva cita con una chica bella que lo podría hacer olvidar sus desdichas. Todo lo que hacemos a lo largo de la película es reírnos de su mala suerte.
Afortunadamente (valga el eufemismo), hay películas en que la buena suerte se hace protagonista. Cintas en que el ganar un sorteo como el pequeño Charlie en “Charlie y la fábrica de chocolate”, o incluso ganar la lotería como los habitantes del pueblo en que vivía Ned Divine (“Despertando a Ned”, maravillosa película irlandesa) puede cambiarles positivamente la vida.
Otra forma en que el cine ha abordado la temática de la suerte es cuando hay un objeto tipo amuleto que sirve como unificador de la temática de la buena o mala fortuna que pueda tener el protagonista. Incluso hay amuletos ocultos en películas por aquí y por allí (hay quien se ha dedicado a buscarlos, por ejemplo, en las cintas de Disney).
Quizá es una forma de evadir la responsabilidad de la vida diaria, pues la verdad es que la idea de culpar o agradecer a la suerte es más frecuente de lo que nos damos cuenta, y es por ello que el cine también se hace eco de esta costumbre tan inherentemente humana.
