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Jueves, 16 Agosto 2012 08:17

"La Pianista", la dolorosa obra maestra de Michael Haneke que ya deberías haber visto

Escrito por  Publicado en Reportajes de Cine

Primera película que me llegó de este director, al que ahora venero. Cruda y real hasta el dolor. Ahonda en las deformidades del alma de unos personajes maltratados por los años y maltratadores a su turno.

Unas personalidades herméticas encerradas en ellas mismas, incapaces de vivir sin dolor porque el dolor es lo único que les queda. Lo único real, lo que todavía pueden sentir. Una manera de expiar sus culpas y frustraciones, la automutilación. Una manera de sentir el poder, la mutilación física y psicológica ajena.


Muchos, al ver el metraje de la misma, lo solucionarán por la via rápida, con el "easy way out": "están locos". ¡Qué fácil! ¡Están locos! Como si con ellos no fuera la cosa...

Para aquellos incapaces de soportar las crudas realidades que atacan las mentalidades en nuestro inicio de siglo, incapaces de leer entre líneas, incapaces de cuestionarse más allá del hecho en sí... a todos vosotros, por favor, no veáis la película... Esta película va recomendada a otros perfiles de personas.

Seguid sin preguntaros nada, viviendo en esa condena que pensáis que tenéis que cumplir, a la que tenéis a bien llamar LA VIDA. Sí, es una condena, la vida es una condena a muerte y a vida porque ambos son contrarios complementarios.

Se teme a la muerte pero nadie quiere ser inmortal, porque ésta representa el descanso de la vida. Se adora a la vida y nos aferramos a ella, no porque nos guste especialmente, sino por miedo a la muerte.
Dolor y sufrimiento, la vida está llena de ambos.


A medida que el tiempo pasa y el cubo de la tan aclamada experiencia se llena, el alma humana más lacerada está, más traumas se han ido acumulando en nuestros seres y, como colofón, lo único que nos queda es el dolor.



 

People are sleeping / in their beds. / -

People are sleeping (Photo credit: iforgotthetitle)

Una vida recta, estricta, controlada...eso es lo que nos quieren inculcar, y no satisfechos con ello, también quieren que aclamemos esa manera de vivir, pegados al reloj, a golpe de pito. Así nos va. Reprimidos y metidos en un molde que la sociedad lleva años diseñando para nosotros. Nos hace creer que somos libres, pero en realidad somos presos de nosotros mismos y del sistema porque ella hace que encarlemos nuestros sentimientos, sueños e ilusiones. Así, con los años de represión propia y ajena, sólo nos queda el dolor, es lo único real a lo que aferrarse, es lo único que nos demuestra que todavía estamos vivos.

 


"Me duele, luego existo". Qué tristeza es la de diferenciarse del muerto sólo por el dolor¡... La vida no es más que muerte. ¿Hay vida después de la muerte?... ¿qué tal si preguntamos si hay vida antes de la muerte? En saber abrir este interrogante mientras deambulamos por el mundo, coincido con Eduard Punset.

En "La Pianista", el personaje es una voyeur(como muchos lo son de la vida o de ciertas cosas de la vida), que le gusta mirar por las ventanillas de los coches, de noche, siempre de noche, mientras los policías de lo correcto yacen en su cama o en camas ajenas, sudorosos por el infame acto que acaban de realizar, acto que ellos mismos durante el día castigan. Violan, obligan, abusan de otros, y no sólo hablo en el ámbito sexual. ¿Qué es pues más pornográfico y más abominable? ¿quiénes son ellos? ¿Ellos son todos? ¿Ellos somos todos?
Somos nosotros, vosotros y ellos, el sistema y la sociedad.

Los que sean incapaces de querer entender, los que digan "qué asco" ante las escenas salidas de tono sin que se vea absolutamente NADA, los que no quieran enfrentarse con sus demonios y con los demonios ajenos, repito, no veáis la película. Ni se os ocurra, seguid reproduciendo el modelo de la doble vida o de la vida pasiva con la venda en los ojos, o mirando hacia otra parte. Seguid viviendo en la muerte de la obligación y ni se os ocurra preguntaros nada en absoluto, todo será mucho mejor.


Seguid pensando que los personajes están enfermos y que nada de lo que hacen tiene sentido. Seguro que el perpetuar la raza humana sí que lo tiene. Seguro que vuestras vidas están rebosantes de sentido pleno. Los finales felices sólo existen en los cuentos que se inventaron, por cierto, para que los niños crecieran pensando que el mundo era maravilloso y cuando vieran el panorama REAL se llenaran de frustración y consumieran, consumieran y consumieran para llenar el vacío existencial del sinsentido que representa la vida en sí.


Cenicienta acaba con el príncipe y, colorín colorado, el cuento se ha acabado. Un inexistente final feliz machacado desde la primera papilla. No te dicen que, en realidad, cenicienta está traumatizada por los largos años que ha pasado esclavizada limpiando en su propia casa para sus hermanastras, y tampoco te dicen que por culpa de ese trauma, necesita del reconocimiento del príncipe, al que tiene amargado. Se vuelve feminista con el tiempo y gorda porque ha parido tres hijos(es lo que tocaba después de haberse casado). Raja de las tías que paren y están delgadas a las pocas semanas, por pura envídia, no más.

Psicológicamente, machaca al príncipe porque él tiene que atender cuestiones de estado, muy importantes(oh sí, vamos a arreglar el mundo cuando nadie lo ha podido arreglar nunca jamás), y no le presta la misma atención que al principio. En realidad, el príncipe está hasta los huevos de hablar sobre colegios, pañales, hormonas. Él no quería tener hijos. Él la amaba a ella, tal y como era, la joven y bella cenicienta. Sin embargo, con el tiempo, se ha ido ajamonando y arrugando, sin hablar únicamente en este caso del sentido estético. Ahora, el príncipe es alcohólico, como mínimo, y se pasa las noches "atendiendo cuestiones de estado" en el lecho de otra. Al principio era una amante pero también se volvió insoportable. Ahora, el príncipe prefiere pagar por los servicios de una profesional, es un intercambio, nada más.
En el cuento de hadas, los personajes también se volverían fríos, sólo que la historia se detiene antes del declive.

A los que os guste la búsqueda del por qué, os la recomiendo y os invito a que continuéis indagando sobre Haneke, un manipulador de mentes, un violador de inocencias e hipocresías, un destroyer de los falsos mitos...en definitiva, un GENIO.

Articulo encadenado: Un corazón en invierno, de Claude Sautet