CARTA PRIMERA: "SIEMPRE PERDIENDO"
Vivo suicidado.
Ya hace mucho tiempo que dejé de vivir.
Me suicidé de la vida pública y social porque no creo en nada ni en nadie, aunque no puedo decir que no lo intentara. Lo dí todo, lo probé todo, pero nunca pude lograrlo. Perdí en el gran juego de la vida, una y otra vez, dando igual cual fuera mi apuesta, sobre quien la hiciera, y de qué manera. La partida con la vida, el mundo o las personas es un maldito juego sucio en el que todas las cartas están siempre marcadas.
La historia se repetía una y otra vez: al final, el resultado era idéntico e incontestable. Siempre perdiendo, siempre perdido. No, no había esperanza ahí afuera, ni la habrá jamás. La verdad sólo está aquí dentro, y aún así, es susceptible de duda y cambio. Pero sin lugar a dudas está fuera de peligros inesperados.
Es por ello que decidí apartarme de todo y de todos, vivir absolutamente alejado de cualquier impulso exterior, y construir un espacio controlado por mí mismo, sin concesiones. Es mi búnker, situado varios metros bajo tierra y localizado en un paraje donde nadie me pueda encontrar. Este es el lugar en el que vivo encerrado desde hace un tiempo prudente, la única cárcel voluntaria que me permite vivir alejado de todas las prisiones impuestas desde fuera y desde nuestro entorno.
No fue una decisión voluntaria ni de la que me sienta orgulloso, sino la que me ví obligado a tomar para poder estar tranquilo y ser yo mismo en todo momento, sin depender de los caprichos de nadie ni de las circunstancias de nada.
Mi única conexión con el mundo exterior es este ordenador desde el que os escribiré estas cartas, aunque habitualmente no me comunique con nadie. Tan sólo leo, y cuando lo hago jamás se trata de saber como va el mundo, pues ya sé que las cosas nunca cambian, solo se mutan la piel. Me gusta leer sobre cultura y es así como llegué aquí.
Es la primera vez que me atrevo a compartir mi realidad actual porque esta web me ofrece la posibilidad única de expresarme sin ser juzgado ni criticado, y es por ello que finalmente me he auto-convencido para compartir mis pensamientos aislados y mi nuevo método para (sobre)vivir. No pido ni espero nada, tan sólo comparto. Sé perfectamente que ahí, en el mundo real, no se puede confiar ni contar con nadie. Lo sé porque siempre se pudo contar conmigo cuando alguien me necesitaba, pero también sé que cuando fuí yo el necesitado, en innumerables ocasiones se me ignoró. No es una queja, el error fue mío por creer que no tenía por qué ser así.
Me retiré del mundo teniendo claro que no somos los denominados 'raros' el problema. Darlo todo no está mal, ser íntegro y claro con todo el mundo no es el error, ser exigente e intenso no tiene por qué provocar nada malo en los otros. Desde esta columna que se me brinda os acercaré, semana a semana, los elementos de mi realidad, de mi huída, de mi escapada, de mi salida. Tengo mucho que contar y creo que aquí podré sentirme cómodo haciéndolo, sin tapujos ni condiciones. Asimismo prometo desaparecer cuando note que ofendo a alguien o se me intente juzgar, pues al igual que os digo que será un placer estar entre vosotros, también os digo que no busco ni necesito nada.
Si merezco vuestra atención y os interesa, a partir de la próxima semana os iré contando y argumentando las razones por las cuales decidí borrarme de la vida, al igual que las que me mantienen con pulso en ella en este, mi escondite vital. Por supuesto, pido máxima discreción.