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Es escandaloso lo que está pasando en este país. Nadie dice que no nos lo merezcamos por creernos, algunos a regañadientes, el perfecto estado del bienestar y actuar de manera tan pusilánime delante de lo que veíamos que estaba pasando.
Como decía Martin Luther King, “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos".
Y es cierto, mirábamos para otro lado, nos quedábamos sentados, haciendo nuestras labores bajo la sombra de un capitalismo que nos estaba resfriando. Ahora, ya moribundos, no nos queda otra que empezar a contestar...
Este es el resultado de este silencio absurdo en el que nos sumimos: tasa de paro mayor de la Unión Europea y subiendo…, con la mitad de los jóvenes en paro, EROS a mansalva, recortes en sanidad y educación que rozan el límite de los derechos humanos… En fin… todo producto de un sistema pervertido y poderoso, pero también de un silencio desgarrador de la población.
Se emperraron en decirnos que debíamos salir a comprar para activar la economía. Se emperraron en decirnos que nos formáramos, y ahora nos reducen las partidas de formación subvencionadas a límites insospechados. Se empeñaron después en decirnos que nos apretáramos los cinturones. A lo que algunos ingeniosamente contestaron que “no podían apretarse el cinturón y bajarse los pantalones a la vez”.
Y así ha sido. Y así continúa siendo. La población española tiene miedo de perder su empleo, los que aún lo conservan. Y aunque no existiera la reforma laboral, algunos empresarios, con mejor o peor gusto, se ven obligados a exigir condiciones laborales no pactadas cargándose ya de por sí lo que significa una relación contractual. Una cosa es lo que pone en el papel y otra, muy diferente, lo que pasa realmente. Economías sumergidas, ingresos de 420 euros en un mundo donde las hipotecas ya rozan los 800… En fin… Todo un despropósito.
Actualmente las ofertas de empleo son casi inexistentes, ya que son cubiertas por conocidos antes que salgan a la luz. Así que hemos vuelto a la dinámica de estar en el lugar correcto en el momento apropiado y, sobretodo, teniendo contacto con el conocido idóneo.
Como vimos en "Salvados", los servicios de empleo no ayudan (y no entro en si tienen o no recursos para hacerlo), las plataformas de búsqueda de empleo en internet repiten ofertas a las que se apuntan 400.000 candidatos, y lo único que nos queda es tirar de una buena red de contactos.
Y de eso voy a ir hablando estos próximos días. De cómo poder aprovechar algunas oportunidades que resquebrajan el sistema.
Será aquí, en esta nueva sección de CEC. Ya que tenemos que volver a los orígenes, pon esta sección en tus "favoritos".
Pero bueno, yo sólo hablo desde la óptica del pequeño consumidor que no tiene ni idea de economía y que sólo puede opinar en función de lo que le ha ido llegando.