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Lunes, 03 Julio 2017 13:04

CEC entrevista a SANTI CAMPOS con motivo de sus nuevos temas con HEREDEROS, "Arder" y "Te Quiero"

Escrito por  Publicado en Entrevistas CEC Música

Una entrevista de Enrique Menéndez

Fotos: Andrea Silván

Hablar con Santi Campos es hablar con un currante de la música que lleva años trabajándose una carrera...

El año pasado nos ofreció "Cojones" uno de los mejores trabajos del 2016 y ahora vuelve a ser noticia con "Arder" y "Te Quiero", 2 temas que mantienen la calidad a la que nos tiene acostumbrados.

CC: En el 2016 sacaste al mercado "Cojones”, utilizando para su financiación la plataforma Verkami. De cara al fan, usar este sistema para tirar un proyecto hacia adelante, igual hace que disfrute más todo el proceso, pero... ¿realmente acaba siendo una necesidad por el hecho de que hacer música es hoy más costoso que hace 15 años?

SC: Hombre, yo creo que hacer música es igual o menos costoso que hace años, por la historia de que los estudios ahora son más accesibles, La ventaja que tiene el crowfunding es que, gracias a las redes, puedes llegar exactamente a la gente a la que le interesa tu música. Y eso hace que el contacto sea más directo. Y, por otro lado, a nivel económico es como una especie de preventa. A priori, hace que sepas exactamente a cuanta gente le va interesar el disco que vas a hacer. Lo que sí que creo es que bastante gente lo considera como una especie de gesto de solidaridad hacia el músico. Incluso una especie de caridad... Y esa mentalidad es mala.

CC: “Cojones” me parece un trabajo con unas letras bastante tristes y deprimentes en general. Llevas bastantes años dedicándote a la música. ¿El estilo de las letras ha cambiado un poco con el paso de los años? Es decir... ¿las letras que escribías cuando tenías 20 años eran más felices?  

SC: Pues fíjate lo que te digo: son las letras menos tristes que he hecho en mi vida. Es curioso, porque tienen una dosis de mala leche, pero no tienen tristeza ni me autoflagelo. En los discos anteriores, los de mis veinte y tantos, sí que hacía eso. Pienso que uno de los objetivos de este disco es que no hubiera esa lamentación: que si tenía que sacar una emoción, no fuera la de tristeza, sino la de la mala leche. Y, de alguna manera, seguir adelante. Mala leche en el sentido más positivo de la palabra. Mala leche en el sentido de puñetazo en la mesa, no en el sentido de ofender o hace daño a nadie.

CC: Yo te lo comentaba porque, por ejemplo, en “Fotos de familia” la letra en sí es muy deprimente... Un canto a la nostalgia y a otras épocas. Y luego, lo que es la música en general del disco, no hay casi rock ni melodías alegres.

SC: “Fotos de familia” es una canción que apela a la nostalgia. Pero musicalmente el disco lo veo, no sé si alegre, pero desde luego mucho más bailongo, más rítmico que lo que yo he hecho anteriormente. Hay mucha más melancolía y mucha más tristeza en mi música anterior. Igual es que este es el tope de alegría al que puedo llegar (risas). Desde el primer momento lo consideré mi disco positivo, mi disco valiente, en el sentido de tirar hacia adelante, a pesar de las dificultades que te pone el mundo por decirlo de alguna manera. Me llama la atención esto, porque no eres el primero que lo dices, pero también hay mucha gente que ha apreciado esa evolución a lo positivo. Igual es que mi forma de cantar: como es muy sobria, puede que no deje apreciar el lado de comedia que hay dentro del disco.

CC: Hablemos sobre los temas nuevos que has sacado con Herederos. En comparación con “Cojones” , “Arder” tiene más rock, lo veo más potente, más para tocarlo en directo. ¿Esto ha sido un cambio consciente o simplemente la canción ha salido así al estar trabajando en equipo?

SC: No ha sido consciente. Ha sido el producto de que yo el disco en general lo maqueté en casa, tenía la dirección muy clara y luego lo llevé al estudio y les explique un poco a los músicos la dirección por la quería ir. Pero no eran los músicos que tocaban conmigo habitualmente. En este caso, tanto Arder como Te quiero son dos canciones que hemos trabajado en el local de ensayo con una banda fija, con Herederos.  

CC: En “Te quiero”,  has contado con la colaboración de Miren Iza (Tulsa).  Es un tema que no es muy rockero y que, si escuchas el disco de Tulsa, el de “La calma chicha”, musicalmente hablando pegaría mucho en un trabajo de ella. Creo que juntos hacéis un buen tándem. ¿Os habéis planteado hacer un disco juntos?

SC: A mí me encantaría. Yo soy fan de Miren desde hace muchos años, y desde luego el hecho de que cante en esta canción no es casual. Que esta canción tenga estas texturas, jugando con la electrónica menos bailonga, es algo consciente, porque tiene mucho que ver con lo que hace Tulsa de un tiempo a esta parte. Y joder, lo de plantearnos hacer un disco juntos, a mí me fliparía. Pero es una cosa que depende de tantos factores, que ahora mismo lo veo un poco difícil. Básicamente porque cada uno estamos en nuestra película, y también porque tenemos un status bastante diferente a nivel repercusión. Creo que sería más difícil agarrarla a ella y que se metiera en un proyecto, que agarrarme a mí.

CC: Santi, cuando recuerdas tus antiguos trabajos, como por ejemplo "Pequeños Incendios", ¿piensas que hoy por hoy estás donde musicalmente esperabas estar hace 15 años?

SC: Yo creo que en el punto en el que estoy ahora la evolución musical es clara. Hay menos tabús. Antes era más clásico, de alguna manera más convencional. Y yo creo que he evolucionado hacia un lado mucho más abierto, a ritmos de otras músicas, a la electrónica... A nivel repercusión yo creo que no ha habido, ni como Santi Campos ni con mis grupos. Nunca he estado en un status muy confortable.

CC: No se te puede negar que, musicalmente hablando, eres un artista inquieto. ¿Esta inquietud viene en parte por saber qué hoy en día quedarse quieto en ese tema es como morir, que la música es un camino de largo recorrido?

SC: Yo creo que lo que nos afecta a la mayoría de músicos es la imposibilidad de no hacer música. Yo hago una canción de una manera inconsciente, y no me planteo "estoy haciendo una canción". Entonces supongo que el hecho de que haga música es algo que está fuera de mi voluntad. Igual tiene que ver con una vocación o igual tiene que ver con una costumbre: que llevo tantos años haciéndola que no me planteo no hacerla.

CC: Ayer estuve leyendo una crítica de "Cojones" que salió publicada en la revista Rockdelux. Y me chocó mucho la última frase de la misma. Te cito textualmente: "Campos le echó cojones y se dejó la piel, pero lo que suena no está a la altura de lo escrito". ¿Piensas en algún momento que la profundidad o la temática de tus letras a veces es demasiado compleja para meterle música? No sé si me explico muy bien.

SC: Si te explicas, pero explícate un poco más (risas)...

CC: Quiero decir que, a una letra sencilla que no tenga mucho mensaje -por decirlo de alguna manera-, da la sensación que meterle música es muy fácil. Sin embargo, si tú haces una letra que haga pensar, que sea más compleja, que se pueda decir casi que es hasta un poco poema, te dará la sensación que es complicado que la música pueda estar al mismo nivel.  Lo digo en relación a la crítica que te hicieron

SC: Sinceramente, creo que esa persona que hizo esa crítica se ha debido de escuchar el disco 2 veces. No lo pilló, porque hay mucha música. O sea, no soy nada vanidoso, pero cuando vi esa crítica me dio la sensación de que faltaban escuchas, porque la música que yo hago no es música de primera escucha. En muchas ocasioes pasa que cuando alguien hace crítica de un disco, si no lo hace con cierta atención, se pierde detalles. En concreto yo creo que esa es la historia con esa crítica.

CC:  Yo entiendo que es muy complicado llegar a un equilibrio…

SC: No me parece que sea mejor letrista que arreglista o compositor de canciones. Lo que me parece es que en una canción, más que un desequilibrio entre una letra buena y una música buena o mala, el problema está en que la música y la letra digan cosas distintas. Que estés diciendo una cosa y la música no vaya por ese camino. Puedo llegar a pensar que eso puede pasar en algunas canciones del disco: que la letra este diciendo una cosa y la música esté confundiendo el mensaje de la letra. Incluso por eso puede ser que ocurra lo que hemos empezado hablando al principio de la charla: que no se vea el humor. Es posible que haya algún error de contacto entre las cosas que digo y como las digo.

CC: Tú tienes ya una cierta carrera, con bastantes años en la música. ¿En algún momento te has planteado dejarlo?

SC: Muchas veces. De hecho una vez me tiré casi 3 años sin tocar. No sin hacer canciones por la razón que te he dicho antes, pero sí sin exponerlas al público. Porque musicalmente soy bastante ambicioso y las cosas que hago no son baratas, ni en la grabación ni cuando me planteo un directo con la banda. En directo puedo hacer acústicos, pero el mensaje que quiero dar tiene más que ver con una banda con varios músicos, con muchos colores. Es un poco difícil de llevar a cabo con la cantidad de público que tengo.

CC: Me da la sensación de que, hoy por hoy, las salas se arriesgan menos a la hora de contratar un grupo para un bolo. ¿Te has encontrado con esa sensación? ¿Que ahora se ha convertido más en un negocio el tocar en un local?

SC: Llevamos muchos años así. El hecho de que no seas conocido hace que una sala se arriesgue menos. Lo primero que hace una sala, incluso un festival, es mirar a ver cuánto feedback tiene el artista en redes sociales y en plataformas de escucha. En el caso de que haya poco, es muy dificil que te contraten. Y también hay muchas salas que trabajan con alquileres. O sea, al que le apetece ser artista y tiene dinero, pues la sala se asegura un alquiler y ya está.