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El caso del reciente cierre del maravilloso Museo Chillida-Leku de San Sebastián, que trataba de mostrar la obra de uno de los artistas más importantes del siglo XX en un entorno paradísiaco, ha reabierto y recrudecido el debate sobre el modelo de gestión del arte.

Este cierre, que no ha sido por vacaciones sino por ''déficit económico'', y que pone de relieve la imposibilidad de mantener con dinero público ciertas iniciativas o actividades deficitarias por muy artísticas que se precien.

Esta alargada sombra del déficit está afectando también a la Fundacion Antoni Tápies, el Centro José Guerrero, la fundación Joan Miró, o el Museo Jorge Oteiza, entre otros, todos estos gestionados con una mezcla de subvenciones y explotación propia, está demostrando que este sistema de gestión simplemente no funciona: los museos piden mas autonomía de gestión, una autonomía que sólo es posible cuando es privada y con dinero propio, es decir, que tú te lo trabajas, te lo guisas y te lo comes, como es el caso de la Fundacion Gala- Salvador Dalí, uno de los centros más rentables y primera institución de gestión privada en España en número de visitantes, y la tercera en general, sólo por detrás del Prado y el Reina Sofía.

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El caso del cine español:

Esto pone de relieve que, si ya es muy complicado el sustento a base de subvenciones de museos y fundaciones artísticas, la mayoría deficitarias y cuyas obras están valoradas en millones de euros, y cuyos autores pertenecen ya a la historia del arte, ¿cómo puede pretender la industria cinematografica española que se los financie?, una industria sin más contenido que el simple entretenimiento, y cuyo contenido artistico y de calidad es más que discutible si hacemos un balance total, y claramente deficitario en la mayoría de los casos.

El dinero público no debe de soportar esta pesada carga y, en todo caso, la sociedad civil deberá de aprender a tomar plena conciencia de la responsabilidad de cuidar de las instituciones que propiamente le interesen, o sea de rascarse el bolsillo para contribuir a la existencia de los mismos. Y, por supuesto, los creadores privados, aprender a autogestionarse sus iniciativas sin cargar ''la cuenta'' ni el mochuelo de su 'genialidad' a nadie.

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No hay una explicación lógica, como en la mayoría de temas en esta sociedad, para que tenga una explicación el hecho de que tengamos que pagar según qué impuestos y subvenciones. A lo vasto, se respondería con el famoso "pues porque sí". Argumentando, que es lo que nos gusta en esta web, digamos que es el precio a pagar por formar parte de la sociedad, y todos los que la formamos, tenemos la obligación de pagar por todo lo que los que mandan, a los que sólo una mayoría de la población escoge (este sería otro tema apasionante a tratar en un artículo que se titularía "Demogogia"), deciden y permiten llevar a cabo.

Por último, argumentar, una vez más desde esta web, que si hay subvenciones, deberían ser para ayudar a artistas noveles y no a los en teoría consagrados, es decir, a los de siempre. Y habría que reclamar una igualdad de oportunidades, y no que todo funcionara por enchufes, que desgraciadamente es la única realidad. Pero estamos en una sociedad injusta y en la que además ya nadie lucha por nada, así que esto es una quimera y una utopía actualmente. Así, pues, es normal que el funcionario sea el que "pille", y que en otros casos, como los sueldazos de Aznar y Felipe González por asesorar a empresas afines al sistema, sean permitidos y apoyados.

Te recomendamos que repases el siguiente artículo, para complementar esta información:

Los políticos socialistas son TODOS LOS POLITICOS

Culturaencadena.com está, además, investigando algunas subvenciones recientes del Ministerio de Cultura, de las que no hablaremos hasta tener datos seguros, entre ellos el tema del futbol que comentas, y próximamente sacaremos conclusiones sobre ellas y, si nos dejan, puede que alguna exclusiva de impacto.