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Lunes, 26 Septiembre 2011 06:12

Del inadecuado uso del término LIBERTAD en una sociedad prisionera de sí misma

Escrito por  Publicado en Columna de Opinión de CEC
Estatua de La Libertad

Image via Wikipedia

Durante todo el verano hemos podido ver que, en algunos de los sitios más desfavorecidos del mundo, por su falta de libertad, ha habido revueltas para intentar conseguir, como mínimo, derribar a un dictador que ya hacía demasiados años que, en un mundo supuestamente tan correcto, controlado y responsable como el nuestro, vulneraba esa Declaración 'Universal' de los Derechos Humanos, que sigue sonando a chiste (y malo) a pesar de sus buenas intenciones. De nada sirve si no se cumple.

En los telediarios, se nos ha hablado de que esas personas y esos territorios estaban a punto de conseguir la libertad, y es justo en este punto en el que quiero centrarme y detenerme: es imposible que esos pueblos consigan, sólo con derrocar a un sistema (de lo cual me alegro, que conste), la libertad total y absoluta: el trayecto hacia la libertad es largo, duro y empinado, y vender constantemente este tipo de argumentos nos hace menos libres a todos. Ni tan siquiera en muchos de los países de nuestra modélica Europa podemos hablar de libertad, y mucho menos histórica...por no hablar de la individual, de la que pocos seres pueden alardear con ajustada correspondencia con su real realidad.

Un país, una cultura, una nación o, mejor aún, UN INDIVIDUO (traspasando el término de la libertad de lo social a lo individual), no puede ser realmente libre hasta que no haya hecho una liquidación total. Hasta que no se haya hecho un ajuste de cuentas con todo lo que nos marca, no nos gusta, no fue justo, y que en tantas ocasiones ni tan siquiera comprendemos, hasta que no se haya liquidado esa deuda que tenemos con muchas cosas que han pasado en un pasado y que tan sólo hemos ido tapando con parches y autoengaños varios... no se puede hablar frivolamente de libertad.

¿Eres libre? Seguramente sabes que no...

La única solución del ser humano es la libertad. La única manera en que el hombre puede ser auténtico y enfrentarse a sí mismo, es en un estado de libertad total y absoluta. Y para que eso ocurra, hay que acabar con demasiados conceptos que siguen alentándose desde los más diversos púlpitos públicos....y privados. Pocos son los que pueden decir y hacer lo que piensan en la sociedad de las apariencias y el materialismo, que nos tiene a todos encajonados en una prisión vital cada vez más dificil de derribar.

Hay que asumirse a uno mismo y asumir las propias responsabilidades. Cuando se vive bajo totalitarismos, uno renuncia a sí mismo: a su propia asunción, a su propio conocimiento, a su propia responsabilidad. Es entonces cuando uno se afilia a predeterminismos, ciegas fes y salvadoras creencias en un líder, humano o espiritual, material o inmaterial. No olvidemos que el dinero es hoy el Dios de esta sociedad. Mal camino hacia la libertad.

Más grande es la angustia cuando más grande es la pasión por la vida.

No conozco un suicidio peor que el de la propia vida.