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Miércoles, 20 Febrero 2013 03:43

Esta historia encierra uno de los principios éticos más importantes de la Historia. ¿Te atreves a reflexionar?

Escrito por  Publicado en Filosofía(s)
Español: Muchacho espulgándose o joven mendigo...

Español: Muchacho espulgándose o joven mendigo, óleo sobre lienzo, 137 x 115 cm, Paría, Museo del Louvre (Photo credit: Wikipedia)

Hoy me he levantado optimista. Al salir de mi domicilio y pasear por las pobladas calles del centro de Madrid todo era de color de rosa, mejor dicho, todo lo sentía y veía a mi alrededor de color de rosa, incluso los pobres y necesitados que las abarrotan y que generalmente me conmocionan, pues no, hoy hasta estos me parecían seres felices y contentos, y es por esto que me he dicho para mi mismo:
 
"¿Y por qué no deben estar felices y contentos en una ocupación como esta de pedir en la calle, un trabajo sin jefes ni compañeros que te jodan la vida, sin clientes impertinentes igualmente inaguantables, sin la presión diaria de llegar a ningún objetivo marcado y, además, en un trabajo tan descansado y cómodo que uno realiza sentado e incluso tumbado?."
 
Más tarde, y según avanzaba en mi paseo, he recordado el por qué de que esto de pedir en la calle no lo recordaba yo como ninguna bicoca, sino más bien todo lo contrario...
 
 
Mendigos. Imagen 3

Mendigos. Imagen 3 (Photo credit: Toni López)

Se trata del reciente recuerdo de éstos pidiendo medio helados en las gélidas calles del frío invierno de la ciudad, una circunstancia muy diferente a la de hoy, con un dia soleado de esos que apetece estar tirado en cualquier lado recibiendo los suaves rayos del sol primaveral.
 
Pues sí, con este optimismo he continuado toda la mañana, por aquí, por allá, paseando, pim pam, todo armonía. No como ayer, en que todo el mundo con el que me crucé se pasó el rato amargándome, hablándome constantemente de lo difícil que está todo, de los despidos que van, de los que vienen, de las ventas que bajan o de los bajos salarios actuales que ya no llegan casi ni para cubrir gastos.
 
"¡Qué putada! ¡Qué desverguenza! -pensaba yo ayer-, no es sólo que no haya trabajo, sino algo incluso peor, que es que la devaluación tan bestial que ha realizado España en los ultimos tiempos, la ha hecho tristemente a cuenta de pura y dura devaluación salarial. Y no digo yo que no hubiera que hacer ciertos ajustes generales en los salarios. ¡pero no así, coño, dejando el salario del trabajador rayando la miseria, dejando los salarios no ya en mileuristas como hace un tiempo, sino en algo mucho peor, 'nimileuristas', como se denomina ahora a los salarios que no llegan ni a la cifra redonda del millar... ¡Una desverguenza, esta, que no hay por donde pillarla"
 
Mendigos. Imagen 1

Mendigos. Imagen 1 (Photo credit: Toni López)

Pero bueno, como decía, yo hoy estaba pletórico, todo lo veía de color de rosa, sin acordarme ni pensar en estas desgracias sociales que nos rodean, sino simplemente gozando mi armonioso y soleado paseo: todo, todo, de color de rosa. Y ha sido viendo a esta gente o ciudadanos pidiendo tan digna y armoniosamente al agradable solecito, que he vuelto a pensar  ''coño que guay, no parece nada duro este trabajo de pedir tan dignamente'', y he vuelto a reflexionar sobre lo de que ''se está mucho mejor aquí, que trabajando 12 horas al día por una mierda de salario que no te da casi ni para comer, unos trabajos en los que además, según la ultima reforma laboral del PP, el empresario te puede dar una patada y echarte a la puta calle por dos pesetas cuando les plazca. Sí, echarte a esa misma calle donde están pidiendo esos otros pobres ciudadanos que no tienen trabajo."
 
Esta reflexión me ha vuelto a hacer pensar nuevamente y me he dicho "¡¡Qué cerca estamos los unos de otros aunque no lo parezca!!. Pero claro, hace tiempo que no nos hablan de la dignidad del trabajo, del honor de trabajar, de la importancia de realizarse trabajando, sino de lo fenomenal y moderna que es para todos la nueva reforma laboral
 
¡¡Y una mierda!! En estas condiciones de explotación, ni dignidad, ni realización, ni ná de ná de ná, en todo caso, trabajo para la supervivencia y punto  Vamos, que lo de trabajar, es fabuloso siempre y cuando el trabajo no sea esclavitud y desvergüenza, que es en lo que en realidad, actualmente, se está convirtiendo.
 
Česky: Ladislav Klíma

Česky: Ladislav Klíma (Photo credit: Wikipedia)

Pero bueno, es lo que hay, y así he continuado mi armonioso y cuesta abajo paseo por la ajetreada Gran Vía madrileña hasta regresar nuevamente a mi domicilio. Ya en este, después de hacer esta pequeña reflexión por escrito al respecto, no se por qué, me han venido a la memoria las palabras de un tipo llamado LADISLAV KLÍMA, un tipo nacido en Domazlice en 1878, cuya curiosa existencia eligió vivir en la indigencia, eso sí, totalmente voluntaria, y que definió como ''la desviación sistemática de toda norma humana''.
 
Pero no os equivoquéis, no era, como quizás algunos estáis pensando, el tal Ladislav Klíma ''ningún pringadillo'', sino un auténtico genio de la literatura, cuyos escritos airados y geniales combinaba con pesadillas y aforismos nieztschianos, escritos con los que creó una fabulosa obra literaria, única, inimitable, con relatos a la altura de Poe, Lautremon o Sade. Sí, efectivamente fue lo que hoy se llama un Outsider, pero lo fue voluntariamente porque no creía lo mas mínimo en eso llamado sociedad.
Y sí, además de escribir su genial obra literaria, también trabajó alguna que otra vez como conductor, fabricante, lustrador de zapatos, dramaturgo filósofo, trabajos a los que calificó de puras farsas, porque, y siempre según palabras suyas:
 
''La más mínima labor social es el colmo de la infamia''
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¿TRABAJO, INFAMIA? ¿DONDE HABRÉ OIDO YO ESTAS PALABRAS JUNTAS?
 
Seguro amigo lector que tu también has sacado alguna reflexión al respecto, no serás el único, pues de esta historia se pueden sacar tantas reflexiones como personas la lean, y eso está bien. Lo que sí te aseguro es que en el fondo de esta pequeña historia, se ha encerrado uno de los más importantes principios éticos que han existido .