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Miércoles, 26 Octubre 2011 05:38

La Methanfetamina y yo

Escrito por  Publicado en La columna de SUAO
a beautiful macro shot of Crystal Methamphetam...

 

Image via Wikipedia

Advertencia de la web: Este artículo no es apto para menores, los padres deben autorizar su lectura.  Este artículo debe considerarse un ensayo literario, cuya metáfora se desvela al final del mismo, y en ningún caso un dogma de fe para nadie. Esta web no hace apología de las drogas, pero respeta la libertad de expresión de sus autores. La adicción a las drogas es perjudicial y debe ser tratada, recomendamos para ello la web oficial: www.pnsd.msc.es


Lo reconozco, soy adicto a la Metha. ¿Qué puedo decir? Jamás pensé que la probaría y resulta que ahí estoy; totalmente enganchado. La primera vez que la probé no me gustó mucho, si he de ser sincero. Es más, como droga, no me llamó mucho la atención. Me gustó más el caballo, la coca, la hierba... ¿Pero la Metha? No, no me gustó mucho...

Entonces, alguien a quien considero un amigo me dijo: "Tranquilo, no tengas prisa por cogerle el gustillo. Tienes que ir poco a poco con ella. Dale unos asaltos de margen, unos encuentros, unos capítulos, y verás cómo te acaba gustando". Y me ha costado dárselos, os lo aseguro. Dado que mi primera impresión sobre ella no fue todo lo buena que esperaba, me costó darle una segunda oportunidad.

Pero una vez lo hice, ¡oh, Diós mío!, ya no había vuelta atrás. La droga entró en mi cerebro y ya no se va. Al menos por ahora, hasta que, como siempre, encuentre otra que la reemplace.

Soy consciente que dicho así, con esta normalidad, puede chocar a más de uno. Mis disculpas sinceras, pero es la cruda realidad. Estoy enganchado, yonki perdido...

Me gusta (¡qué digo me gusta, me encanta!) acompañada de música de Los Zafiros (He venido), America (A Horse with No Name) o The Be Good Tanyas (Waiting Around to Die). Resulta asombroso el poder que puede llegar a tener la buena música bajo los efectos de una droga tan "transportadora" como la Metha. Te lleva, te acompaña, te arrastra a lugares que ni pudiste imaginar. Te acerca a las verdades sobre tus miserias y las del Mundo y luego te deja ahí con más preguntas que con las que llegaste. Pero ¡bendita ignorancia, qué feliz me hace!
Lo único malo es que gracias a ella puedes quedarte recluído y no tener contacto con el exterior durante días enteros. No hablas con nadie, no llamas a nadie, sacas a tus perros a pasear a regañadientes, no limpias tu hogar... Sólo piensas en ella. En el amor que le das y el que te devuelve. Pero merece la pena, os lo aseguro.

Sí, lo sé, voy muy tarde en esto. Hay muchos que seguro que ya habréis probado su dulce sabor, su inagotable capacidad para sorprenderte. Pero más vale tarde que nunca, ¿no? Al fin y al cabo, no se trata de cuando empiezas, sino de cómo acabas. Y os prometo que he cogido mucha carrerilla en esto. Tanta, que ya casi le estoy viendo el final. Demasiado breve me está resultando mi relación con ella. Tanto que, así como con otras drogas siempre es al final cuando me da el bajón por acabar, con esta ya me viene esa melancolía maldita, aun sabiendo que me quedan algunas aventuras en su compañía. Tantas personas que he conocido a su lado, tantas situaciones que repasaré una y otra vez en mi adicta cabeza...

Sólo espero que el final sea tan apoteósico como el viaje con ella. No soportaría que se acabase con un simple THE END y ya está. No puede ser.

Pero no quiero adelantarme ni hacer conjeturas sobre lo que desconozco. Ya vendrá lo que tenga que venir, si es que ha de venir, lo cual se me antoja inevitable.

Hasta entonces, señoras y señores, seguiré disfrutando de la Metha y de lo que me da. Ya que una serie como 'Breaking Bad' no se merece que piense en el futuro, mientras me pierdo sus detalles.

Ya os contaré cómo afronté el final... o no.

Saludos.