Reseña de "Quemar después de leer" (Hermanos Coen)

A mí me ha gustado y lo digo de antemano, no sea caso que se generen humanos malentendidos y subjetivizaciones desde el comienzo. No es un peliculón, ni mucho menos. No es una obra de arte para pasar a la posteridad pero sí, que de algún modo, queda en la memoria y, algún día, te sorprendes pensando en ella... estás mirando las noticias y aparece, de la nada, "quemar después de leer". ¿Y si esta notícia fuese producto de algo tan patético como lo que ocurre en la peli? Ahí queda, en un rincón de la mente y tímidamente, aparece. Es una buena pieza, no la mejor de los inpirados hermanos, pero sí una buena obra menor.

Si los seres humanos son patéticos en lo más superficial también lo son en lo más profundo. ¿Viene lo profundo determinado por lo superficial? ¿La sociedad post-moderna así nos ha moldeado? ¿Quiénes somos y qué queremos en la vida? ¿Es posible aislarse de tal forma que no podamos caer en la vorágine de la estupidez? ¿el ser humano nace estúpido o es algo que se consolida con los años? ¿Se puede evitar? ¿Es concebible la idea de mentes privilegiadas o todos estamos, de un modo u otro, abocados al fracaso?

Los personajes de "quemar...." están en la línea de los de "Fargo", completos imbéciles al servicio de un sistema que se ceba con ellos, con nosotros. Muchos la han tachado de ser demasiado paródica y quizás sí que está, acertadamente, exagerada. De ser de otra manera, no calaría tan hondo. La crítica a la exageración en el cine empieza a ser cansina, sobretodo cuando no se contempla que es necesaria para hacernos pensar en algunas cosas.

Las cuestiones de estado tampoco tienen pérdida y si ya en "Fargo" nos desmitificaban a los autores de crímenes y nos desmontaban el cliché que durante tanto tiempo Hollywood ha ido consolidando en nuestras cabezas, en "quemar..." nos pegan un toque de atención y se focalizan sobre las grandes instituciones jamás cuestionadas. Parece impensable que la CIA no tenga el control absoluto de todo cuánto se mueve y, sin embargo, los Coen cuestionan magistralmente la más que dudosa "omnisapiencia" de tal institución que, demasiadas veces, olvidamos que está dirigida e integrada por HUMANOS.

Por otra parte, toca el tema de la infidelidad y del culto al cuerpo de manera hilarante y deja con el culo al aire a todas aquellas personas que lo promueven, sin importar el sexo al que pertenezcan. Los adultos, de repente, aparecen como niños mimados que "mierda ven, mierda quieren" o, mejor dicho, "culo ven, culo quieren". No son capaces de valorar lo que tienen, probablemente porque no lo han valorado. La soledad es una sombra que los persigue y se lanzan a relaciones que, en ninguno de los casos, les favorece o les acerca a lo que son ellos mismos. La imagen de todos ellos es una paleta de colores primarios diseminados. Nadie tiene las claves de su propia vida, sin importar la edad que tengan. ¿Qué se puede esperar de la descendencia de un elenco de cefalópodos (os recomiendo la definición, es totalmente ilustrativa) de tal envergadura? Por suerte, ninguno de ellos tiene hijos, ¡Sólo faltaría!

En cualquiera de los casos, se han atrevido a desmantelar la idea de que la CIA es lo que han querido, desde siempre, que pensemos que es para acojonarnos. Y tiene un valor añadido que es la sorna despiadada con el que tratan al ser humano de base. Me parece una película estupenda que recomiendo encarecidamente, como siempre, a todos aquellos que no se tomen la vida en serio, en consecuencia, es más apta para machos que para hembras. Señores, cuando la veáis, por favor haced un ejercicio y poneros en la piel de George Clooney, creo que os sentiréis identificados. Ved lo patéticos que sois (no todos, pero por norma general...).
Por lo que se refiere a vosotras, preguntáos qué parte de vuestro cuerpo cambiaríais a CUALQUIER precio y ved lo lamentable de vuestro deseo. Sed un poco Frances McDormand que, de nuevo, está genial en su papel de molusca.

Sin ánimos de ofender y sólo con ganas de "progresar".