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Martes, 16 Febrero 2010 07:43

Culturaencadena.com cumple hoy un año de vida: recuperamos el primer artículo de nuestra cadena.

Escrito por  Publicado en EXCEPCIONES

Tal día como hoy, del año pasado, www.culturaencadena.com fue inaugurada, sin tener la menor idea de la repercusión que este invento tendría. Hoy seguimos siendo los mismos en cuanto a filosofía, pero no en cuanto a número de autores ni de lectores, algo que queremos preservar para siempre.

Queremos dar las gracias a todos los que han confiado en nosotros, y dejar claro que, a pesar de estar ya entre los weblogs más leídos del país y del mundo, vamos a seguir con la misma actitud. No hace falta decir mucho más, lo que importa es seguir trabajando y encadenando para el disfrute de todos, tanto de los creadores como de los que nos seguíis, hay mucho trabajo por hacer. A modo de excepción, recuperamos el artículo que abría esta cadena cultural, conjuntamente con una réplica que hace meses a llegado de parte de una de nuestras autoras, y que hemos decidido publicar hoy.

Bienvenidos siempre a www.culturaencadena.com.


Primer artículo de la cadena cultural: "Nos pasamos la vida diciendo adiós", firmado por Trajano.

Nos pasamos la vida diciendo adiós. Para empezar, llega un día en que hay que decir adiós a la supuesta inconsciencia de la infancia, y digo supuesta porque ahora sabemos que nuestros 5 primeros años de vida determinarán nuestros vacíos, debilidades y aptitudes el resto de nuestras vidas. Somos adultos, lo cual significa despedirse de esa inocencia ininterrumpida, ya que el mundo actual así lo demanda al no tener plazas para inocentes.

Despedida de ExsiliumlandA partir de ahí, la vida se convierte en un conjunto de despedidas en cadena: adiós a la escuela donde tan poco aprendimos de la vida, adiós a la universidad que nos hizo descarrilar de nuestra verdadera vocación, adiós a los padres cuando nos marchamos a saber quiénes somos para acabar descubriendo quienes creemos que somos, adiós a nuestra família para conseguir la tan ansiada independencia, adiós a la independencia cuando no sabemos qué hacer con ella, adiós a los estudios obligados para pasar a los trabajos forzados, adiós al primer trabajo (antes era con la engañosa intención o ambición de mejorar, ahora porque si pueden te echan a la calle), adiós a nuestro primer amor (casi siempre fallido pero casi siempre traumáticamente inolvidable), adiós a tu propio territorio (léase inmigrantes), adiós al estar solos (no todos lo consiguen), adiós a la soltería (cualquier especímen neandertalítico puede lograrlo), adiós al matrimonio tantas veces como te cases (nueva regla de tres de la era post-moderna), adiós a tus propios sueños y adiós a tus propios principios (la sociedad obliga y la vida te va liando).

Decimos adiós a un espacio propio cuando nos vamos de mudanza, adiós cuando viajamos a conocer otras culturas tan pobres o más que la nuestra, adiós a tu propia vida, espacio, tiempo e independencia (hipotecas en forma de casa o de niños), adiós al mundo laboral ( hay que jubilarse), adiós a todas aquellas personas que se van de nuestra vida, sea por motivos de salud, de traición o de incompetencia, adiós a la buena salud en un momento sorpresa, y no nos olvidemos del adiós final, aquel que tanto nos cuesta, aquel en que tenemos que decir adiós a una vida que nos ha enseñado a decir adiós, aunque no por ello lo hayamos aprendido a hacer.

Y quizás no es fácil decir adiós en según qué ocasiones, pero hay que hacerlo cuando así lo sientes, cuando te toca o cuando es necesario. Hay que podar, despedirse de todo aquello que ya no hace balance positivo en tu vida, a aquello que ya no funciona o no cuadra, sea por lo que sea, aunque sea por un sinsentido, al igual que hay que saber decir que no, aprender a dudar menos cada vez que tomamos decisiones, y reinventarse.

Barca sin marDejas una parte segura de tu vida para entrar en la incertidumbre, y eso es lo que a muchos les frena en el momento que hay que decir adiós. Pero vivimos muchas vidas dentro de una sola, y hay que empezar a aceptarlo. No somos lo que fuimos ni lo que seremos. Hay que tomárselo todo como algo transitorio, porque mañana puede haberse modificado o incluso desaparecido. Por otra parte, también es bueno no verle la fecha de caducidad y autoengañarnos con el "siempre", pero aunque sea muy en el fondo hay que pensar que todo puede terminar, y aunque igualmente nos va a coger en un "de repente", ya tendremos el adiós medio razonado.

Dar la bienvenida a nuestra cadena cultural significa decir adiós a anteriores proyectos compartidos. Y es con este espíritu que queremos empezar a encadenarnos. Algunos creyentes dirían que ha sido la voluntad de Dios, y otros más esotéricos que todo fue por cuestiones de la providencia. Pero ya hace mucho tiempo que nos despedimos de falsas creencias y somos muy conscientes de que la mayoría de inventos han sido hechos por el ser humano, tecnología y vagancia incluídas. Con estas bases tan claras, y con un adiós como bajada de bandera, empezamos nuestra conducción con rumbo definido hacia la próxima despedida. Adiós.