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Lunes, 09 Agosto 2010 06:47

Erase una vez en América, la película de mi vida

Escrito por  Publicado en Lo mejor de www.culturaencadena.com

 

Algunas veces, las menos, el cine nos brinda auténticas obras maestras, y películas como El Padrino, El Gatopardo y Casablanca entre otras, las identificamos como tales. Otras veces, joyas de la cinematografía pasan un tanto desapercibidas y es por ello que, con el fin de ayudar a conocer o recordar una de ellas, quisiera hablar de "Érase una vez en América".

"Érase una vez en América" (1984) es la última de las obras del director romano Sergio Leone. En ella invirtió los últimos 15 años de su vida llegando incluso a abandonar el cine para conseguir mediante la publicidad financiación para su proyecto. Dicha obra cierra la trilogía iniciada con "Hasta que llegó su hora" y seguida por una prescindible "Agáchate maldito".

A través de los tres filmes, Leone nos muestra su visión de la creación de Norteamérica iniciada en el lejano Oeste, pasando por la revolución mexicana, y terminando con la Norteamérica gansteril. De todas ellas, podríamos decir que guardan un cierto paralelismo, salvando las distancias por supuesto, con la literaria "Amerika" de Kafka, siendo el denominador común; la emigración europea, pues ambos nos muestran el sueño perdido del emigrante, Kafka con su trabajador desengañado, Leone con su gángster derrotado...



Érase una vez en América se basa en la novela "The Hoods" de Harry Grey escrita a mediados de los cincuenta. Sergio Leone nada más leerla, se puso en contacto con su autor para obtener los derechos cinematográficos de la misma, pero sin obtener éxito alguno hasta que diez años más tarde, una llamada le citó en un lúgubre bar de Nueva Cork donde Grey finalmente se los cedió. Cuentan que ese día Leone, tras una larga conversación con su autor, comprendió que The Hoods no era más que, en cierto modo, una autobiografía de Harry Grey.


La novela consta de dos tiempos narrativos; la infancia y la juventud de unos chicos de los barrios marginales de Nueva York que, capitaneados por Noodles (Robert de Niro) y Max (James Woods), ambos enamorados de Deborah (Jennifer Conelly) nos muestran su pase de pequeños delincuentes a gángsters.

A las citadas dos etapas narradas en la novela, Leone le añadiría una más; la vejez, con la que resuelve las incógnitas que las anteriores habían dejado abiertas, en esta, interpretando el papel de una Deborah alejada ya de la de la juventud, se les une Elisabeth Mc Govern como relevo de Jennifer Connelly.

Narrado de forma magistral, el film, es una historia de amor, honestidad y derrota que entremezcla las distintas edades de los protagonistas a través de flashbacks dentro de flashbacks, integrando así al espectador en un guión sin fisuras no dejando claro desde que tiempo narrativo nos cuenta la historia Noodles (Robert de Niro).


We All Love Ennio Morricone

Image via Wikipedia

Y por si el buen hacer de Sergio Leone no fuera suficiente, en los momentos álgidos de la película entra en acción la música, magníficamente compuesta y dirigida por Ennio Morricone potenciando los sentimientos de amor y dolor que nos inducen tanto las imágenes como los esplendidos diálogos de la obra.

Musicalmente es de destacar las notas que con la flauta de Pam nos acompaña e identifica los inicios del grupo en su infancia, también es de resaltar la adaptación musical de la canción "Amapola" que convierte la cena entre Nodles y Deborah en una romántica noche que marcará un antes y un después en su relación, y por último, la canción Yesterday, que suena al producirse el paso de una etapa a otra mediante un travelling en un espejo y en la que la única letra de la misma es la palabra "yesterday".

Por citar alguna de las escenas, cabe mencionar aquella en la que un derrotado Noodles se reencuentra con su amigo "Fat" Moe, en ella, Noodles, en respuesta a la pregunta de "¿que has estado haciendo durante todo este tiempo?", responde con un "irme a acostar pronto", como una clara referencia a la novela "La búsqueda del tiempo perdido" de Marcel Proust, respuesta que evidencia un personaje que siente que ha malogrado su vida.
Destacable también es la escena de la estación, esta marca el pase de un tiempo narrativo a otro mediante un juego de espejos en el que nos introduce a los diferentes flashbacks, y como no, el reencuentro entre los antiguos amantes Noodles y Deborah , escena en la que el dialogo reabre la crudeza de los sueños rotos y el perdón por los tiempos pasados.

Por último la escena final es muy remarcable, si bien mejor omitirla para no descubrir el desenlace del film, un film que podríamos definir en palabras de Moliere… Quien busca la verdad merece el castigo de encontrarla.

En los EEUU, "Érase una vez en América" no tuvo el éxito que merecía, debido posiblemente a la larga duración del film (220 min.), tampoco la concepción europea del mismo (se rodó en los estudios de Cinecittà) le ayudó, recaudando solamente 2,5 millones de dólares. En Europa las cosas fueron un poco mejor, se estrenó como Leone pretendía; en dos capítulos, dándole así mayor proyección. En España la distribución fue a través de salas de "Arte y Ensayo" hecho que tampoco ayudó a su difusión.