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Sábado, 06 Marzo 2010 05:58

Pensando siempre en ayudar a los demás; frases de Teresa de Calcuta.

Escrito por  Publicado en Frases y citas
Madre Teresa de Calcuta

Image by NCReedplayer via Flickr

La madre Teresa de Calcuta nos ha dejado grandes frases en relación a su tarea de misionera, la cual le valió el Premio Nobel de la Paz en 1979. Pero basta una pequeña reflexión para darnos cuenta que está en nuestras manos aplicar un poquito de su filosofía (pensar siempre en ayudar a los demás) a nuestra vida diaria.

Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos dejar de ponerle aceite.

Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto, para que la felicidad llene el corazón del que amamos.

Hay que hacer las cosas ordinarias, con un amor extraordinario.

Amar debe ser tan natural como vivir y respirar.

A veces sentimos que lo que hacemos es apenas una gota en el océano, pero sin esa gota al océano le faltaría algo.

Lo que sorprende a los demás, no es tanto lo que hacemos, como comprobar que nos sentimos felices de hacerlo y sonreímos haciéndolo.

Bien aventurados los que dan sin recordar, y los que reciben sin olvidar.

Cuanto menos poseemos, más podemos poseer.

Cuanto menos tenemos más damos.

No deis sólo lo superfluo, dad vuestro corazón.

Lo que determina la calidad de nuestros actos es lo que hay en nuestros corazones.

De la plenitud del corazón habla la boca.

Las críticas no son otra cosa que orgullo disimulado.

Todas nuestras palabras serán inútiles si no nos brotan de dentro.

El silencio nos enseñará mucho.

Si nos preocupamos demasiado de nosotros mismos, no nos quedará tiempo para los demás.

Andamos tan acelerados, que ni siquiera tenemos tiempo de mirarnos unos a otros y sonreírnos.

Hoy en día está de moda hablar de los pobres. Por desgracia, no lo está hablarles a ellos.

Dejémonos de decir palabras bonitas y sustituyámoslas por buenas obras. Porque lo que cuenta son los hechos.

Un buen gesto vale más que mil palabras.

Las buenas obras son aros que forman una cadena de amor.

Prefiero mil veces equivocarme pasándome de buena, que hacer milagros sin ser bondadosa.

La paz comienza con una sonrisa.