CEC SERIES ADELANTÓ EN EXCLUSIVA EN ESPAÑA QUE LA SERIE LLEGARÍA DOBLADA EN ESPAÑOL
La cultura se encadena: basada en la película homónima de su mismo creador, Thomas Lilti
"Hipócrates " llega el martes 11 de agosto 2020 a Filmin España doblada en español, tal y como adelantó en exclusiva el equipo de CEC SERIES.
Esta serie francesa está basada en la película homónima de su mismo creador, Thomas Lilti.
En el hospital público Hospital Raymond-Poincaré a las afueras de la gran ciudad, ha habido una muerte por un virus desconocido. Siguiendo las medidas sanitarias, los médicos de urgencias que tuvieron contacto con el fallecido deben permanecer 48 horas confinados. Pero todos sabemos que el confinamiento nunca dura lo que dicen siendo prorrogable a lo que las autoridades consideren necesario.
Tres residentes, de los cuales dos sin experiencia, y un médico forense deberán trabajar juntos para administrar el servicio de medicina interna con algunos obstáculos para hacer la prueba más complicada.
Chloé Antovska (Louise Bourgoin) es R4. Estuvo bajo las órdenes de la jefa de servicio de reanimación, Muriel Wagner (Anne Consigny), pero este año se encuentra en medicina interna bajo la supervisión del Doctor Manuel Simoni. ¿A qué se debe este repentino cambio?
Por otra parte, el hijo de Wagner, Hugo (Zacharie Chasseriaud), entra de R1 junto con la excelente estudiante Alyson Lévêque (Alice Belaïdi). Ambos descubrirán que la medicina no sólo es cuestión de estudio sino que entereza, decisión y humildad son cualidades altamente necesarias para llegar a ser un buen profesional. El aterrizar en un servicio hospitalario sin supervisor directo es algo que no molesta a Hugo pero que disgusta profundamente a Alyson.
Para poder sacar adelante el trabajo, se verán empujados a contar con la ayuda de del doctor Arben Bascha (Karim Leklou), el médico forense del hospital.
CRÍTICA DE LA SERIE HIPÓCRATES - CEC SERIES
Esta serie ofrece, por fin, una mirada acertada a lo que es la medicina. Es de lo más realista que hemos visto en materia hospitalaria. Desde los casos tratados hasta las relaciones personales entre compañeros no hay escena que chirríe, ni siquiera la del comedor de personal donde el director ha querido ilustrar a su modo la transición entre el mundo universitario y el profesional. El director Thomas Lilti sabe de qué habla pues este médico de profesión y cineasta de vocación rodó sus primeros trabajos mientras ejercía de médico.
La serie "Hipócrates" deriva del largometraje homónimo de 2014 y ofrece una visión europea de la medicina mucho más cercana y palpable que la anatomía del cómic de Grey, transplant, urgencias y toda la lista de las que siguen.
En "Hipócrates" se refleja, gracias a unas bellísimas interpretaciones, el miedo a la soledad y a la muerte, la plenitud, decadencia vital poniendo en todo momento el énfasis y la atención sobre el componente fundamentalmente humano de estos profesionales de la salud. Sus egos, su soberbia y cómo, con el paso del tiempo, los límites de la vida personal se funden con los de la vida profesional. La persona física acaba adoptando la identidad del trabajador y, si éste último ha llegado a ser en algún momento una eminencia en su campo, su vida personal quedará manchada por esta brillantez. Por deformación profesional es este un ámbito científico que afecta a las personas por lo que el terreno se puede extrapolar y confundir más fácilmente que en otras profesiones. Todos los personajes tienen un punto de lo anterior, especialmente los doctores suplentes tocando al final de la temporada.
La vocación y ceguera de la juventud es lo que permite que estos médicos prosperen y continúen prestando servicio a un sistema que claramente saca provecho de la solidaridad y predisposición de aquellos que todavía no están rodados su mecanismo.
Esta serie ilustra cruda pero deliciosamente los vicios ocultos del sistema de salud y se zambulle de pleno en el tema de la responsabilidad y la repartición de la misma. Vemos cómo está todo calculado para marear la perdiz hasta el punto en el que nadie es responsable de nada cuando el mayor responsable es en realidad el orquestador del sistema.
Asimismo, queda magistralmente reflejado en el caso de la niña suicida que un pequeño error en la cadena de montaje termina en avalancha pero que las causas del primer error, a pesar de ser humanas y propias de un individuo, provienen de los estratos superiores y es precisamente allí donde hay que ir a buscar a los verdaderos culpables de las desgracias.
La responsabilidad repartida en infinitas porciones acaba por difuminar la figura del verdadero autor. Esta queda desdibujada para finalmente pasar desapercibida pero es necesario no perder de vista el punto de mira que siempre suele apuntar hacia arriba.
Y cuidado con lo que esta serie descubre, vale la pena extrapolarlo a nuestra situación actual en sentido inverso. Si en Hipócrates han retirado los efectivos no para evitar un mal mayor sino para cubrirse las espaldas, aquí a pesar de haber comprobado la veracidad y la transmisión del virus han rebajado la importancia para evitar un fallo económico. Ni en un caso ni en el otro ha sido para protegernos a nosotros sino para preservarse ellos.
Una serie mucho más que recomendable.
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