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Al "Campamento Albanta" es donde van a parar todos aquellos jóvenes problemáticos. En medio de un bosque anidado en las montañas, sin mucho que hacer durante los días de verano, los asistentes deberán aprender a convivir entre ellos, conectar los unos con los otros, con la naturaleza, cultivar el sentido de la responsabilidad y confrontar los "fantasmas" emocionales que los persiguen.
Gonzalo pasó un mes en Albanta y, al salir de allí, se suicidó. Un año después, su hermana Olivia (Kimberley Tell) decide entrar en el campamento en busca de las razones que lo empujaron a quitarse la vida. Pero parece que Albanta tiene otros planes para ella y para el resto de sus habitantes.
Pronto Olivia, Carolina (Lucía Martín Abello), Marcos (Jorge Clemente), Dídac (Pepo Llopis), Abel (Pol Monen), Audrey (Javier Ruesga) y los demás descubrirán que Albanta no es lo que parece.
CRÍTICA DE LA SERIE CAMPAMENTO ALBANTA - CEC SERIES
'Campamento Albanta' es una sorprendente ficción española que ni huele a lo de siempre, ni se le ven las costuras. La primera temporada de este thriller de misterio se compone de 6 episodios. También diremos que el público de CEC no es target para esta serie pero cumple con creces su función de entretener.
Analizando más de cerca su guión, comentar que en ciertos puntos notamos un derrape acusado pero que rápidamente logra enderezar el rumbo. Para ser más precisos:
Los tres primeros capítulos consiguen fijar la atención y mantener en vilo al espectador. El primer punto de inflexión lo hallamos en el cuarto episodio donde sentimos una primera bajada debido a que el contenido apunta a viajes temporales y experimentación científica sobre los límites del más allá. Por lo general, ambas temáticas nos acaban decepcionando porque nunca logran dar una explicación comprensible ni atar los cabos sueltos inherentes a la materia.
El final abierto de "campamento Albanta" nos satisface y las conclusiones que sacamos de la primera temporada son suficientes para darla por terminada. No hace falta una segunda entrega que incurriría, desde nuestro punto de vista, en el riesgo demasiado obvio de seguir estirando el chicle sin aportar más datos relevantes. En el caso de firmar por una segunda parte, creemos que deberían profundizar en la historia de Olivia, en su pasado y en las razones de la torpeza con su entorno. Explorar el background familiar nos parece un buen hilo conductor para seguir con la serie. De ninguna manera lo sería volver a insistir las cuestiones sobrenaturales que rozan el desastre en la primera.
Las interpretaciones son de mayor calidad que las que estamos acostumbrados a ver en las producciones españolas. En este caso, agradecemos que los actores no pausen las frases donde no toca. No nos acaba de convencer del todo Kimberly Tell y la marcada sobreactuación de Javier Ruesca no nos permite dilucidar si es el personaje que precisa de una tendencia extrema o es que el actor es él mismo una diva. Audrey parece sacada de una pesadilla de Almodóvar. Los dos científicos o lo que sea que representen, sacados del cuarto capítulo son para echarse a llorar. El papel es malo pero la interpretación es peor.
No obstante, sí que queremos hacer hincapié en la considerable mejora cualitativa en el aspecto actoral respecto a las producciones españolas en general.
Asimismo, resaltamos la magnífica manera en que se ha filmado, en su calidad de imagen y el toque de opacidad que le dan una pincelada de película.
Por lo demás, es correcta y está muy por encima de nuestras expectativas que, como suele ser costumbre, son nulas. Un entretenimiento digno y en condiciones cuando se logra hacer caso omiso de los detalles negativos comentados.
