English: "Las mujeres deciden, la sociedad respeta, el estado garantiza, la iglesia no interviene" (Photo credit: Wikipedia)
El pasado viernes 20 de diciembre de 2013 se consumaba la intención de otro retroceso jurídico y social de una mayoría absoluta política que quiere imponer sus ideales retrógados y su criterio, por ley, al conjunto de la sociedad. Si no piensas como yo, te multo, te castigo o te meto en la cárcel.
Una vez más, no había ningún tipo de necesidad de aplicar esta ley, ni ninguna demanda de la sociedad.
Pero, en este caso, y a diferencia de los últimos atropellos de los derechos de los ciudadanos, como la "ley de seguridad ciudadana", se trata de una promesa electoral que votó una gran mayoría absoluta de españoles.
Artículo encadenado: Las 3 trampas de la ley de Seguridad Ciudadana.
No se trata de, por ello, defenderla, ni tan siquiera de aprobar que el Gobierno así lo justificara, puesto que no han cumplido ninguna de sus promesas electorales.
Se trata de saber si, cuando la gente vota, sabe lo que vota, y aprender un poco para la próxima vez.
Porque no parece, por lo visto en diversas manifestaciones y en todos los medios de comunicación, que haya una mayoría absoluta tan amplia que esté a favor de este retroceso con lo cual, algunos de los votantes del actual Gobierno en las últimas elecciones, estarían en contra de esta promesa electoral.
¿Entonces, qué votaron?
Lo primero que hay que tener claro es que, cuando alguien vota a un partido, vota también a sus lobbies más afines. Es decir, la mayoría absoluta que nos sodomiza actualmente con estas leyes no es sólo política. Sino que hay diversos entes presionando para que se hagan determinadas políticas.
Para saber cual es el 'amigo invisible' que ha presionado en esta ocasión, sólo hay que preguntarse qué otro poderoso estamento español de este -supuestamente- estado aconfesional, cercano en ideologías al partido que gobierna, está siempre en contra del aborto.
Para calmar a estos lobbies y de paso ganar unos cuantos votos del sector más radical de sus votantes -situados ideológicamente como los retretes, muy al fondo a la derecha-, aplica leyes como esta, o la de la reforma de la educación. En ningún caso aplica estas políticas pensando en los ciudadanos.
¿Sabemos lo que votamos cuando votamos? ¿Sabemos lo que hacemos cuando damos una mayoría absoluta a un partido político por 4 años? ¿Somos conscientes, en el momento de emitir el voto, de los lobbies que hay detrás de cada uno de los partidos?
La interrupción del embarazo ya no será un derecho, sino un delito regulado: Sí.
La mujer pierde uno de sus derechos fundamentales y pasa a ser tutelada a nivel infantiloide por el Estado, que decide por ella: Sí.
Volvemos a los años 80 y se consuma otro retroceso clarísimo: Sí.
Pero...
Los españoles, en este caso, así lo quisieron con su voto: También.
Cuando termine esta mayoría absoluta, habrá que tirar para atrás un montón de políticas que ahora se están aplicando: la reforma de la educación (el resto de partidos ya se han comprometido a ello), la ley de la seguridad ciudadana, y esta nueva ley del aborto.
Y mientras este país sigue decidiendo si quiere vivir en color o en blanco y negro, la precariedad social se seguirá imponiendo y el mangoneo en las altas esferas será el pan nuestro de cada día.
Es la triste historia de este país, que parece que seguirá en este bucle interminable y soporífero, a no ser que, algún día, sus ciudadanos se rebelen de verdad, ya sea no acudiendo a las urnas para deslegitimar a los actuales partidos políticos o tomando el control en las calles.
Está claro que la mayoría de españoles votó al Gobierno actual pensando que les solucionarían la crisis. Pero la crisis sigue, y seguirá, hasta cuando los mercados, las circunstancias y los demás elementos que ni tan siquiera el Gobierno pueda controlar, cambien sus tendencias. Da igual quien esté gobernando.
Si el PP hubiera estado en el Gobierno en el momento de la crisis, la crisis hubiera emergido al igual que emergió con el PSOE. Y si el PSOE hubiera entrado en el Gobierno para intentar solucionarla, tampoco lo hubiera conseguido, como no lo está consiguiendo el PP, por más luces al final del túnel que nos intenten vender: la miseria crece y el paro sigue estando disparado.
Entonces, ¿qué sentido tiene nada? Ningún sentido. Duro de aceptar, quizás, para algunos, pero así es.
El ser humano busca siempre solucionar sus situaciones como sea y donde sea. Negarlo es absurdo. Se prevé, por lo tanto, un aumento de violaciones ficticias, compra de pastillas abortivas por internet ("la mujer no será condenada en ningún caso") que provocarán los auto-abortos y un nuevo desastre sanitario: abortos clandestinos, más mortalidad (los datos de la OMS sobre abortos mal practicados en este mundo tan moderno son demoledores).
Y, por supuesto, quien tenga recursos económicos, se irá al país de al lado a que le practiquen un aborto en condiciones.
Prohibir o restringir el aborto jamás lo detiene: está demostrado. En todo caso, lo oculta, que es algo que al Gobierno y a sus lobbies afines ya les vale para sentirse satisfechos. El sinsentido, pues, subirá, para aquellos que no puedan lidiar con él.
Y nos enteraremos, dentro de muy poco, puesto que la información es global, algo que el PP aún no ha asumido. Los primeros en enterarse serán los médicos, pues todos los profesionales españoles conocen a sus colegas en el extranjero y sabrán si han subido el número de españolas que han ingresado para practicarse un aborto. Y luego nos enteraremos todos a través de algún programa basura de televisión, que nos mostrarán, bajo una musiquita trascendente, casos espeluznantes derivados de esta ley.
Y es entonces, viendo uno de estos programas de pseudo-periodismo basura, cuando los españolitos se preguntarán... ¿Cómo ha podido suceder algo así?
Pero todo, absolutamente todo, tiene un origen, un desarrollo, y una explicación. Por más absurda que sea.
