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Sábado, 15 Septiembre 2012 13:47

Las mejores series de todos los tiempos (I). "Seinfeld": la realidad supera a la ficción

Escrito por  Publicado en La libreta del Dr. Series
Jerry Seinfeld (character)

Jerry Seinfeld (character) (Photo credit: Wikipedia)

Una nación perpleja se prepara para vivir sin Seinfeld”
(Portada de la revista People, enero de 1998)


Cada vez que intento recomendar esta serie a alguien me encuentro con el mismo problema; como es lógico, la primera pregunta que me hacen es de qué trata la serie. ¿Y cuál es el problema? Pues que, en realidad, la serie no trata de nada. No tiene argumento.

Sencillamente nos muestra a cuatro amigos de Nueva York que viven situaciones tan habituales como por ejemplo intentar encontrar el coche en el parking de unos grandes almacenes, esperarse en un restaurante a que les den mesa para cenar, ir a una entrevista de trabajo o coger el metro. “¿Y entonces dónde está la gracia?”, me piden a continuación.


 

Seinfeld's Restaurant

Seinfeld's Restaurant (Photo credit: mertxe)

Pues sin duda en la genialidad de los guionistas, que permite que de estos hechos tan simples y cotidianos salgan auténticas perlas cómicas, servidas en pequeñas dosis de 22 minutos. Un detalle que al principio del capítulo parecía no tener la más mínima importancia termina convirtiéndose en la clave para solucionar (o no) todos los líos que se han ido creando, como quien no quiere la cosa y sin que prácticamente nos demos cuenta, a medida que pasan los minutos.

 


El protagonista es Jerry Seinfeld, que se interpreta a sí mismo como a un cómico que actúa en clubes haciendo monólogos que también giran en torno a temas del día a día. Es un fanático de la limpieza, de los cereales y de Superman, y su capacidad de observación y análisis de temas que a menudo se dan por supuestos nos hará replantear más de una cuestión. Sale con muchas chicas, pero debido a su notable inmadurez es incapaz de mantener una relación larga con ninguna de ellas, y a menudo las deja por motivos tan “justificados” como que tienen manos de hombre o una nuez abultada.


Su mejor amigo es George Costanza (Jason Alexander), un hombre inseguro, paranoico, cobarde, avaro, mentiroso, hipocondríaco, incapaz de conservar un trabajo más de dos meses y un auténtico desastre con las mujeres. Con todas estas “cualidades”, no es extraño que su personaje ofrezca algunos de los momentos más divertidos de toda la serie.


Por su parte, Cosmo Kramer (Michael Richards) es el vecino de Jerry, un colgado excéntrico, un auténtico jeta que vive más en el piso de Jerry que en el suyo propio y que siempre está gorreando comida de la nevera; nunca tiene trabajo pero curiosamente tampoco le falta dinero, y siempre tiene proyectos en la cabeza, cada uno más absurdo que el anterior: una pizzería donde tú mismo te creas tu propia pizza, una colonia con aroma de mar, un libro que a la vez es una mesita de café, etc.; podríamos decir que es el clown de la serie, ya que es el personaje más expresivo y con el humor más físico: sus entradas en escena llegaron a ser tan populares y esperadas por el público que asistía a las grabaciones que los encargados del show tenían que pedir a la gente que moderara sus aplausos.


Finalmente, Elaine Benes (Julia Louis-Dreyfus) es una antigua novia de Jerry que representa el contrapunto femenino del grupo, con todo lo que ello representa; es una chica independiente, muy habladora y con bastante mala leche, y en el terreno sentimental es tan desastrosa como los otros tres.

 

Además del cuarteto protagonista, destacan con luz propia un buen puñado de secundarios que son la guinda del pastel: Newman (el enemigo declarado de Jerry, aunque no sepamos el motivo de su enemistad), los padres de George (insustituibles) y de Jerry, las diversas y variadas parejas de los protagonistas, etc. Pocas series como ésta tienen tantos secundarios y tan buenos, y algunos llegan a ser los auténticos protagonistas de los episodios donde aparecen, como el mítico “sopero nazi”.

 



La serie estuvo a punto de quedarse en un simple intento, ya que cuando Jerry Seinfeld y Larry David (creadores del show) la presentaron a la cadena NBC, ni ellos mismos estaban seguros de que una serie sin un argumento definido pudiera tener el éxito que consiguió. Se calcula que el último capítulo lo vieron unos 80 millones de espectadores sólo en los EE.UU. Además, Jerry Seinfeld aparece en el libro Guinness de los récords como la persona que ha rechazado la mayor cantidad de dinero, ya que la NBC le ofreció continuar una temporada más por un total de 110 millones de dólares (o sea, 5 millones por capítulo). Imaginaros cuánta pasta debe tener este hombre para decir que no a una oferta así...


 

 

Las series de TV, en general, empiezan a disfrutarse de verdad cuando conoces a sus protagonistas, cuando te identificas con ellos, cuando ya te resultan tan familiares que casi puedes adivinar lo que harán ante una situación determinada. Este principio general es aplicable más que nunca a Seinfeld, y de hecho los guionistas también parece que opinaban lo mismo porque se nota una evolución muy clara en los guiones y las historias: las primeras temporadas son más inseguras, como de tanteo, de presentación de los personajes y de sus neuras, mientras que en las últimas ya se daban muchas cosas por sobreentendidas y se presuponía que habíamos visto las anteriores. Existen muy pocas series donde se disfrute tanto con la evolución y el desarrollo de los personajes.

English: Larry David at the 2009 Tribeca Film ...

English: Larry David at the 2009 Tribeca Film Festival. (Photo credit: Wikipedia)

Seinfeld es una serie tan original, tan diferente, tan innovadora, tan rompedora, con un humor tan profundo y particular, que ni antes ni después se ha hecho nada parecido (con la excepción quizás de Curb Your Enthusiasm, otra creación posterior de Larry David).

Es posible que si sólo miráis un episodio no le veáis la gracia, y que incluso lleguéis a pensar que no vale la pena continuar mirándola. ¡No caigáis en este error! Es verdad que no engancha enseguida, no es la típica comedia de ritmo alto y gags constantes, pero también lo es que la recompensa que recibiréis si sois fieles es muy alta.

Os recomiendo que tengáis paciencia, que le deis una oportunidad, que os dejéis llevar por las manías y obsesiones de estos cuatro paranoicos neoyorquinos: seguro que se quedarán con vosotros para siempre.

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