Imprimir esta página
Lunes, 21 Mayo 2012 08:02

Los medios de comunicación siempre han sido un formato ideal para difundir propaganda. Sin interactividad no hay información. La televisión informativa HA MUERTO.

Escrito por  Publicado en Aquí hay tema

cec

Que la información televisiva está más contaminada que la boca de un varano gigante no hay quien lo dude, pero entonces, y como perfectamente apuntaba la inteligente inquietud de uno de los mejores lectores de CEC, ¿cómo deberían de darse las noticias de los informativos televisivos?

La respuesta, y lo que hay que entender, es que el problema de fondo es el medio, o sea, la misma ''TELEVISION''.

Hace miles de años, el hombre inventó la rueda; un tiempo después, la máquina de vapor, más tarde la electricidad, la  energía nuclear y actualmente las energías renovables. Los  medios informativos y de comunicación han pasado exactamente un proceso similar: primero, los chamanes y jefes de tribu informaban a los miembros de su comunidad a toque de tambor o corneta; más tarde, las ordenes de los ''señores'' o novedades del lugar, llegaban a la población de la mano de emisarios o pregoneros que, desgañitándose a viva voz, informaban a la población de cualquier novedad, orden o medida que afectara a la población. Asimismo, también se utilizaban los púlpitos de las iglesia, los estrados y las tribunas para aleccionar al pueblo analfabeto.

Tiempo después, con la paulatina alfabetización del pueblo, se empezó a utilizar la información escrita mediante la impresión de libros, periódicos, alegatos y manifiestos para poder llegar directamente a más personas. Más tarde hizo su aparición la radio, medio este, que a través de la palabra hablada era capaz no sólo de llegar a cada vez mayor parte de la población, sino también de mandar una información capaz de ser tan precisa como el mismo interés que encerrara el medio que lo difundiera, creándose propaganda e información a gusto del consumidor, mejor dicho del divulgador.

Más tarde nació la televisión, un medio capaz de ser masivo y de llegar a gran parte de la población mediante una divulgación informativa que mezclaba la imagen y la interpretación hablada de esta.

Todos estos medios, excluyendo el medio escrito, cuya particular forma habría que analizar a parte, han compartido desde siempre una misma e inequívoca característica: la no-relación entre el emisor de la noticia y la posible capacidad de análisis y respuesta del receptor, convirtiéndose así, cualquiera de estos medios, en un formato ideal para difundir propaganda, ideas, dogmas o cualquier tipo de interés económico, político o de otra índole, y así aleccionar, adormilar, intimidar o aterrorizar a la población.

Por  esta razo , la palabra hablada es tan sumamente peligrosa, pues es capaz de levantar los odios y fanatismos mas violentos de las personas o, todo lo contrario, someterlas y aterrorizarlas con el silencio y el  miedo. Todo esto es el formato del pasado, y la televisión se ha convertido en una ''enorme caja radiactiva'' que más que otra cosa, emite información radiactiva mediante rayos informativos invisibles a los ojos por su ecuánime y sonriente talante, pero cargados interiormente de enormes dosis de intereses, de destructivo poder alienante.

La información televisiva ya murió, es cosa de un pasado imperativo, no es válida, no es interactiva, y no responde más que a diferentes intereses. El único sentido, actualmente, de este mueble radiactivo llamado televisión, es meramente terapéutico y de entretenimiento para gran cantidad de mentes como las actuales, estresadas, exhaustas y llenas de problemas, cuya única demanda es desconectarse de su propio e hiriente contenido, conectándose a da igual lo que sea, con el fin de que haga a las personas olvidarse durante un rato de los problemas.


Actualmente el mundo ha cambiado, porque los medios han cambiado, así de simple, y no se concibe ningún tipo de información sana, si no es de manera interactiva, o sea en la que el mensaje o información no se complete hasta haber uno participado de esta, pensado y opinado al respecto de la misma, como es el caso de webs como esta, que permite la interactividad y la valora hasta el punto de dejar publicar una réplica en portada a un artículo de un autor fundador de la misma, por iniciativa propia de los fundadores, o de algunas redes sociales o cualquier otro tipo de información móvil compartida.


El mundo de la información a una sola banda, en la que el único elemento activo es el mensaje del emisor, y en el que el papel del receptor es simplemente un mero instrumento pasivo ha llegado a su fin, el ciudadano responsable solo accederá a una información de manera interactiva, abierta y sobretodo diversa, en la que los únicos limites serán impuestos por la propia capacidad de razonar de cada individuo, una capacidad que se desarrolla y amplía en el mismo hecho participativo.