El Phenomena lleva un mes repleto de maravillas. Claro está que uno debe haber vivido una época muy particular para considerar films de culto a ciertas películas programadas para julio.
Anoche era el turno de Scream, indudable vuelta de tuerca a un género en la recta final de los 90’s que teníamos la oportunidad de volver a ver nada menos que en 35mm y en una de las mejores salas de este país.
Uno no sabe muy bien a qué se enfrenta cuando se sienta en la butaca a redescubrir Scream. Hace 20 años revolucionó la industria del cine cuando estaba a punto de convertirse en una de las sagas más exitosas de la historia del cine de terror.
Y eso que dentro del género aún no había llegado la moda de los remakes, la plaga de cine oriental, Saw y sus siete partes… por no hablar de las parodias de Scary Movie.
Wes Craven se presentaba con una película debajo del brazo en un momento en el que el maestro no tenía nada que demostrar pues aparte de una vida dedicada al género, había creado a ese ser con jersey a rayas que a tantas generaciones había quitado el sueño y aún así, estaba a punto de volver a ser el responsable de otra de las franquicias más rentables de la historia del cine.
Después de dos décadas y con una deliciosa copia para disfrutar, es maravilloso comprobar que aunque muchos de los giros han quedado inevitablemente trasnochados, la esencia sigue funcionando a la perfección.
Su estupendo diseño de sonido, las persecuciones en espacios cerrados, los sustos, sus constantes guiños y referencias al cine de terror (Craven es capaz de reírse de sí mismo y salir airoso), el sorprendente inicio protagonizado por Drew Barrymore… todo en el film continúa siendo un perfecto engranaje que hace de Scream una film de culto que de alguna manera creó escuela.
Después llegarían hasta tres secuelas y una serie de televisión, todas ellas de menor calidad aunque de brillantes ideas, pues en todas Craven jugaba con la idea del cine dentro del cine dándole una pequeña vuelta de tuerca y consiguiendo increíbles resultados 15 años después con la cuarta parte. Un film tan exquisito que merece un artículo aparte.
Larga vida al Phenomena que al igual que Scream hizo en su momento, ha dado un giro a su propuesta convirtiendo su nueva y flamante sala en un templo que muchos de nosotros ansiábamos tener. Gracias.
