El espectáculo 'Rockking' desembarcaba ayer en el teatro Apolo avalado por la fama de "Mejor imitador de Elvis del mundo" de su protagonista, Greg Miller.
La sencilla puesta en escena inicial, con una banda de contrabajo, batería, piano y guitarra, y 6 bailarines, deja muy a las claras la intención de disparar el cañón de luz sobre la figura de un Greg Miller muy cómodo en su traje de Elvis Presley.
El hilo argumental no es otra cosa que un resumido y cronológico repaso a la vida del cantante de Tupelo. De esta manera, se hace hincapié en varias etapas de Presley: el boom inicial en los años 50, las películas, el regreso en aquel especial de televisión con el famoso traje de cuero y los años finales de giras interminables y excesivas indumentarias de capa y oro.
Todo eso acaba siendo una excusa para ver lo realmente importante y sorprendente de la propuesta: desde la primera canción, uno tiene la sensación de que esa voz que sale de Greg Miller podría ser perfectamente una suerte de playback muy bien coordinado. Pero no. Ciertamente, la voz de Greg Miller tiene un parecido asombroso a la del habitante más ilustre de Graceland. Especialmente se deja notar en baladas como Can't help falling in love o Always on my mind.
Para los más fervientes seguidores de Elvis puede ser toda una experiencia escuchar en directo semejante parecido vocal. Para los iniciados en el rey del rock, este espectáculo puede servir de guía básica para mayor conocimiento de la obra y milagros de una de las figuras más importantes de la música moderna.
