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Jueves, 16 Diciembre 2010 10:09

Sobre el querer, el poder y el deber

Escrito por  Publicado en El paraíso infierno de las emociones
PODER ES QUERER

Image by Daquella manera via Flickr

Érase que se eran tres verbos que paseaban por nuestra mente con una tranquilidad apoteósica.

Querer estaba ligado totalmente a la voluntad. Muchas veces muy relacionado con el rey corazón, aunque otras directamente atado a la razón, siempre dependiendo de a lo que tendía más el individuo que lo tuviera en la cabeza. De esta manera, era el mejor amigo de la intuición.

Poder era un ser relativo. Siempre se pronunciaba intentando ser objetivo. Pero desgraciadamente su carácter relativo le prohibía serlo a menudo. Era muy amigo de la capacidad, mental o física.

Deber era fuertemente intransigente, eficaz, racional…También gran amigo de la intuición. Pero fiel siervo del mundo exterior. Siempre se le encontraba hablando con cualquiera en la escala de valores.

Y se encontraron en una fiesta. Y sucedió una masacre. Se mataron a ostias intentando ponerse de acuerdo en la frase que el individuo iba a pronunciar. Así lo único que verbalizó el sujeto fue:

-Eeeeeee… ¿hay más vodka?


Y es que nos cuesta mucho conciliar los pensamientos cuando no dedicamos el tiempo a que estos aspectos realicen un debate realmente enriquecedor. Supongo que es por el simple hecho de ser humanos.

He oído muchas veces la frase “descubre lo que tu quieres y actúa en consecuencia”. Y si tenemos la suerte de ser personas reflexivas y de tener interés por buscarnos a nosotros mismos debería ser suficiente.

Soy Socrática. El “conócete a ti mismo” me parece una fuente inacabable de información. Me encanta la psicología y creo que realmente es la fuente para estar bien y sentirse minimamente feliz. Pero llegó el día en el que me di cuenta que el mundo era una jungla y que por desgracia no valía solo con querer hacer algo. Así, descubrí la sociología.

El realizar el análisis de nuestra conducta únicamente con el pensamiento de “quiero o no quiero” sigue siendo demasiado simplista. El mundo está ahí por algo. Y aunque en la mayoría de casos está ahí para joder… muchas veces posibilita el que la reflexión llegue a la realidad o la verdad de la que yo soy fiel seguidora también.

Siempre me ha molestado que la gente formulara palabras tan a la ligera como amistad, amor, enamoramiento, estima… etc. Pero también que formulen el verbo poder con esa tranquilidad tan inapetente.

Un sabio dijo una vez. Querer es poder. Y desgraciadamente tenía mucha razón. El problema es que cuando se formula este verbo no poder suele ser no querer. Aunque muchos se empeñen en ponerse excusas de todos los tipos.

Y ahí va una frase que siempre recuerdo y que me ayudó muchísimo. Un hombre no puede volar. No tiene la capacidad de volar por si solo. Pero vuela no?

Estamos demasiado acostumbrados a asumir que cuando alguien dice “no puedo” es que no puede por su escala de valores. Prefiere no hacerlo porque prefiere otra posibilidad u oportunidad. Muchas veces porque tiene miedo, o prefiere quedar con otra gente, o prefiere gastarse el dinero en otra cosa.

Con el verbo deber me podría tirar 8 páginas reflexionando. Y no lo voy a hacer, tranquilidad. Solo un par de puntualizaciones.

La idea del deber siempre va ligada a varias cosas.

Una lo que se espera de nosotros. Obligaciones o responsabilidades que a veces, también habría que analizar si realmente debemos o no. Casarnos, tener hijos, atender a los deseos de nuestros pretensiosos padres, amigos, parejas… en conclusión… sociedad.

Otra con la escala de valores. El deber debe nacer únicamente con nuestros principios y valores. Interesante también esta reflexión. Debo ir con este amigo ya que había quedado antes con el (amistad, coherencia, integridad…). Debo ser fiel a mi mismo (individualismo)…

Y por último, lo que creo que falla muchas veces y el motivo principal de este articulo. El deber cuya respuesta en nuestra cabeza es un no.

Si la reflexión se queda solo en el quiero o no quiero hacer algo, muchas veces si no hay base de aquello del “conócete a ti mismo”… sucede que… querer es deber. Y esa identificación es errónea.

Lo explico mejor con un ejemplo claro.

Una señora enamorada de su maltratador quiere estar con su marido. Puede estar con su marido. Pero no debe estar con su marido. Simple. Protección personal. Porque el querer hacer algo no siempre trae consecuencias positivas y a veces es mejor dejar mandar al deber que al querer. Vivimos en sociedad y es obligatorio.

Matizaré que aunque tal ejemplo sirve para explicar lo que digo, no quiero que sirva para alejar esto de nuestro presente porque “a mi esto no me pasa”. Todos… Todos… incurrimos en este error.

En fin. Que cuando oigáis a alguien que está pronunciando alguna de estas palabras, poder, querer o poder… creed la mitad de lo que diga y seguramente acertaréis mucho más.